PROTEGIENDO EL DERECHO A LA VIVIENDA
DesdeDesde el ala más a la izquierda del Gobierno, –el otro ala está más a la «sánchez»– se está promoviendo en control del precio de los alquileres, porque con lo que suben cada año los pisos los jóvenes no pueden emanciparse en condiciones dignas, que será sin irse debajo de un puente. Ponen como ejemplo la ciudad de Berlín, que tras controlar el alza de los precios, ahora está penmuy sando en la expropiación de pisos a los grandes tenedores, empresas que se dedican alquilar pisos, por lo que tienen muchos, claro, y están a ver si les aligeran la cartera inmobiliaria, y el Ayuntamiento de Pamplona –que no parece ser de izquierdas– les sigue en esas demandas de más viviendas y ha logrado la autorización judicial para demoler una viejas naves industriales en desuso, que amenazaban con derrumbarse, y poner en marcha la construcción de pisos y locales para dotación municipal, pero parece que los grupos de jóvenes, de izquierdas, no se han enterado y ayer organizaron una protesta, con lanzamientos de botellas y volcados de contenedores, cosas muy de su edad, porque la Policía estaba protegiendo su derecho a la vivienda y había acudido a proteger al cerrajero que tenía que cambiar la cerradura de una de las naves, que funcionaba como «gaztetxe», o casa de la juventud –de esa que se autodenomina «antisistema», pero que están tan integrados en el sistema que viven de él– como paso previo a su derribo y comenzar las obras, algo que los vecinos del barrio agradecerán, no por la obra en sí, sino porque por fin se acabarán todos los jaleos y molestias varias que generaba este «club de mozos».