¿Pequeño saltamontes? ¡Ja!
Director: Destin Cretton. Guión: Dave Callaham, D. Cretton y Andrew Lanham. Intérpretes: Simu Liu, Awkwafina, Tony Leung y Chiu-Wai. EE UU 2021. Duración: 132 min.
Ya en los inicios de la nueva película que aterriza, solo en salas de cines, perteneciente al amplísimo, inabarcable, universo Marvel, cuando el protagonista decide revelar su auténtica naturaleza frente a unos tipos brutos como arados que desean arrancarle del cuello el talismán que su madre le dio antes de morir, sabemos que nos hemos topado con otra producción de la factoría, cuando menos, estimable. Y es que resulta francamente tremenda la lucha que se genera en el autobús, no le falta un solo detalle. Bienvenidos, pues, a la historia de Shang-Chi, el experto en artes marciales y maestro del Kung-Fu nacido en los cómics durante los años 70.
Hijo de un poderoso y sobrenatural asesino y educado para desarrollar habilidades igualmente asombrosas, el joven vive sin embargo apartado de todo ese mundo mientras trabaja como aparcacoches en un hotel junto a su inseparable y jocosa amiga. Pero la familia tira, y mucho, de manera que deberá acudir a la llamada de la sangre entre escenas de acción atropelladas, buenos instantes de lucha oriental y algún que otro gag por ahí suelto. Quienes, como la que esto firma, no tenía ni idea de su existencia antes de ver la cinta (los fans irredentos van a matarme de nuevo, seguro), se encontrarán con un filme bastante entretenido, con un héroe que no deja de ser, a pesar de todo, un inocente e idealista jovencito, un villano de kilates que interpreta de forma inquietante y perfecta Tony Leung, una historia de amor capaz de ir más allá de la muerte, numerosos flashbacks para que entendamos la cosa, varias mascotas peludas encantadoras y un enorme dragón hembra que defenderá como sea a los habitantes de una remota aldea mágica cuando los alados «chupa almas» quieran robar las suyas. No hay respiro. Ni lo habrá más adelante, porque China, sea por unos bichos o por otros, sigue estando de moda.