James Wan, «Maligno» y el suspense del «giallo» clásico
Parece mentira que hayan pasado casi dos décadas desde que un joven director malayo, nacionalizado luego australiano e hijo de inmigrantes, convirtiera su Trabajo de Fin de Grado en una de las franquicias modernas más rentables de la historia del cine. James Wan y su «SAW» no solo reventaron las taquillas de medio mundo, sino que le lavaron la cara al género y consiguieron que toda una nueva generación de chavales se acercara al terror, paradójicamente, sin miedo.
Después de levantar una reputación como uno de los mejores directores jóvenes del gran Hollywood («Aquaman», «Furious 7»), ese que todavía no quiere rendirse al «streaming», Wan ha seguido cultivándose en el horror, gracias a las notables «Insidious» o «Expediente Warren», pero últimamente su faceta como productor parecía ser la más prolífica.
Casi tres años después de su última película como director, Wan regresa con «Maligno», y lo hace en las salas españolas una semana antes que en Estados Unidos. El ensayo, que no ha permitido que la prensa española pueda ver la película antes de su estreno en salas, permitirá a los aficionados nacionales al terror ser los primeros del mundo en enfrentarse a «Maligno», el nuevo guion original de Wan junto a Ingrid Bisu («Toni Erdmann»). Definida como su propia versión del «giallo», el género con denominación de origen italiana que tanto cultivaron Dario Argento o Mario Bava, Wan promete volver a asaltar la taquilla y, quién sabe, levantar de nuevo otra franquicia más.