Adiós a los Juegos Paralímpicos. España brilló en Tokio con 36 medallas
A PESAR DE LA DIFÍCIL PREPARACIÓN POR CULPA DE LA COVID, EL EQUIPO ESPAÑOL MANTIENE SU ESTATUS EN EL MEDALLERO
ElEl Equipo Paralímpico Español cerró su participación en los Juegos de Tokio con un positivo balance de 36 medallas, nueve oros, 15 platas y 12 bronces, lo que le ha permitido mantenerse en el «Top 15» del medallero. Pese a vivir un ciclo muy complicado por las restricciones provocadas por la pandemia que provocaron un parón en los entrenamientos y un alargamiento del ciclo un año más, con ausencia de competiciones en muchos deportes, el deporte paralímpico español volvió a brillar en la capital japonesa.
España superó las 31 medallas que se lograron hace cinco años en Río de Janeiro, igualando además el número de oros, pero con un campeón paralímpico más, ya que el nadador Israel Oliver dobló en 2016. De los que repetían en Tokio, sólo los atletas Kim López, en peso, y Gerard Descarrega, en 400 m y junto a Guillermo Rojo, y la nadadora Michelle Alonso pudieron defender sus títulos, mientras que Alfonso Cabello logró el segundo de su carrera tras el de Londres 2012.
Además, del resto de metales dorados, sólo la triatleta Susana Rodríguez sabía lo que era vivir unos Juegos. Sergio Garrote (ciclismo), Marta Fernández (natación), Adiaratou Iglesias (atletismo) y Yassine Ouhdadi El Ataby (atletismo) lograron coronarse en su debut paralímpico. De este grupo, sobresale el nombre de la nadadora burgalesa, la más laureada de la expedición con tres medallas, una de cada color (oro 50 braza SB3, plata 50 mariposa S5 y bronce 50 libre S4). Cabello, Garrote, Nuria Marqués, Sarai Gascón, Toni Ponce e Iglesias fueron capaces de subir más de una vez al podio.
Perales, en el hospital
Un capítulo aparte merece Teresa Perales, que pese a llegar lesionada en un hombro y no haber podido completar una preparación adecuada en los tres últimos meses, ganó su vigesimoséptima vigesimoséptima medalla paralímpica con la plata en los 50 espalda S5. Ayer dio el susto al sufrir un ataque de ansiedad. Tuvo que ser tratada por los Servicios Médicos del Comité Español y de la Villa Paralímpica y finalmente se la trasladó a un hospital. La aragonesa está «evolucionando bien», pero no pudo regresar con el resto de la expedición y se quedó en Tokio acompañada por dos médicos del Equipo Paralímpico Español hasta que su estado de salud le permita volar.
España concluyó en la decimoquinta posición del medallero, novena de los países europeos, cuatro más atrás que en Río de Janeiro cuando fue undécima. La vuelta de los deportistas rusos, la notable mejoría de Francia y la eclosión de Azerbaiyán, que se colgó 14 oros, fueron algunas de las causas.
El colofón lo puso una ceremonia de clausura que pasó el testigo a París con un mensaje global de inclusión y diversidad. Y en la que la abanderada española fue la nadadora Marta Fernández. La Casa Real felicitó a los atletas por las 36 medallas «y un coraje que les ha llevado a la gloria».