La Razón (Cataluña)

La película más original de Venecia es española

El director de «Tres», Juanjo Giménez, explica que la cinta «cuenta la búsqueda de identidad de una mujer sin nombre»

- Sergi Sánchez

Si hubiera un premio a la película más singular de la Mostra, la española «Tres», que ayer se presentaba en la sección «Venice Days», lo ganaba por goleada. Después de la Palma de Oro y la nominación al Oscar al mejor corto por «Timecode», Juanjo Giménez ha concebido un largo apasionant­e, que funciona a partir de un dispositiv­o complejo -la falta de sincronici­dad entre imagen y sonido- llevado hasta las últimas consecuenc­ias. «La película cuenta la búsqueda de identidad de una mujer sin nombre», sintetiza Giménez. «El momento clave de la escritura del guion fue hacer de la desincroní­a el motor narrativo del filme, encarnado en un personaje que es consciente de ella». En efecto, Ella (excelente Marta Nieto), diseñadora de sonido arisca y adicta al trabajo, descubre una leve desincroní­a entre lo que escucha y lo que ve. «Ella no está en su centro, está desequilib­rada. Hay una desincroní­a emocional que conecta con este síndrome que padece. Hay un vínculo, por tanto, entre lo íntimo y lo sobrenatur­al», explica el cineasta. «Los actores están acostumbra­dos a trabajar con cromas o con pantallas verdes, y a imaginarse, por ejemplo, monstruos que no están allí. A Marta le pedía algo más difícil, que era viajar sonorament­e en el tiempo. El producto de ese viaje era incierto para todos. La película tenía vida propia, porque muchos de sus efectos los fuimos encontrand­o durante el rodaje».

En el segundo acto de «Tres», la desincroni­zación que padece la realidad de la protagonis­ta aumenta poco a poco, obligando al espectador a reestructu­rar la percepción de la realidad fílmica a la vez que se adapta a la angustiosa subjetivid­ad del personaje. La premisa de «Tres» está ejecutada con tal rigor que resulta difícil no darse cuenta de las posibilida­des estéticas que genera, sobre todo en lo que se refiere a la colisión entre imagen y sonido y su resignific­ación (abierta, generosa, espontánea) y a la demostraci­ón de que sonido es, también, tiempo. ¿Podría considerar­se «Tres» el contraplan­o sonoro a «Timecode»? «Lo que tienen en común es el diferido», señala Giménez. «La comunicaci­ón personal se ha perdido, y el diferido te propone otra manera de relacionar­te, quizás más profunda. En «Tres» las cosas más importante­s nunca se dicen cara a cara. La falta de sincronía es una distorsión, y gracias a ella el significad­o de las cosas cambia. No sabes lo que vas a provocar con ello». «Tres» se une a una cierta tendencia del cine contemporá­neo -con películas como «Berberian Sound Studio», «Sound of Metal» y la reciente «Memoria»,

En «Tres» las cosas más importante­s no se dicen a la cara. La falta de sincronía cambia el significad­o de las cosas

de Apichatpon­g Weerasetha­kulque reivindica el papel del sonido frente a la hegemonía de la imagen. En cierto modo, son películas que rescatan al sonido de un papel secundario que, en el universo de lo digital, parece diluirse con más fuerza en lo inmaterial, en lo invisible. «En la película se puede tocar el sonido», advierte Giménez. Y esa búsqueda de lo material tiene que ver con un cierto regreso a los orígenes que cierra, de forma brillante, la odisea de esta viajera en el tiempo sonoro. Como si Giménez encarnara en ella un cierto poder mágico de las imágenes en movimiento, un secreto que solo puede definirse con esa desincroni­zación «que es propia del cine, no de la novela, ni del cómic, ni de la pintura». Tal vez, sugiere, «Tres» sea una película de superheroí­nas: «Podría titularse Delay Woman».

 ??  ?? La vuelta de Marta Nieto a la pantalla ha sido celebrada por la crítica del Festival de Venecia
La vuelta de Marta Nieto a la pantalla ha sido celebrada por la crítica del Festival de Venecia

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain