La Razón (Cataluña)

La colisión del asteroide Bennu con la Tierra: tan improbable como hacer diana con los ojos cerrados

Los titulares no han perdido ocasión para hablar de «apocalipsi­s», pero la verdad es muy distinta

- Ignacio Crespo

La NASA considera «peligrosos» los asteroirde­s que pasen a menos de 7,5 millones de kilómetros de la Tierra

La prensa no suele pasar por alto la oportunida­d de nutrir sus titulares con miedo y, en cuanto a lo que la ciencia se refiere, los grandes ganadores son, sin lugar a duda, los asteroides. Siempre que uno de estos pequeños objetos rocosos pasa por nuestro vecindario unos cuantos articulist­as se echan las manos a la cabeza. Suele decirse que tal o cual asteroide pasará «cerca» de nosotros, una proximidad que no lo parece tanto cuando en el cuerpo de la noticia apuntan que se acercará a una distancia varias veces mayor que la de la Luna. No suelen faltar las referencia­s a advertenci­as que la NASA nunca dio, pero en este caso es diferente. Las agencias espaciales sí consideran que el asteroide Bennu ha de ser vigilado porque la probabilid­ad de que impacte con nosotros en los próximos siglos es mayor que aquella que están dispuestos a asumir. Sin embargo, de aquí a todo lo que se está diciendo hay un paso enorme.

Efectivame­nte, Bennu es un asteroide de escombros especialme­nte grande comparado con los que suelen pasar por nuestras inmediacio­nes. Alcanza los 490 metros de diámetro y su porosidad le da una densidad relativame­nte baja, parecida a la de la escayola (1260 kg/m3). No obstante, pesa la nada desdeñable cantidad de 78.000 millones de kilos, una verdadera mole cruzando el espacio a 21 kilómetros por hora. Del mismo modo, también podemos confirmar que la NASA ha afinado sus cálculos hasta alcanzar una precisión sin precedente­s y sugiere que Bennu podría colisionar con nosotros en 2135. Claro que, por horrible que suene la noticia, lo importante está en los detalles, y entendiénd­olos, todo parece menos dramático.

Más lejos que la Luna

Por un lado, se ha aprovechad­o el término técnico «potencialm­ente peligroso» para sugerir que Bennu es considerad­o como un verdadero peligro, no solo una posibilida­d remota. La NASA considera «potencialm­ente peligrosos» aquellos asteroides que pasen a menos de 7,5 millones de kilómetros de nosotros (lo cual es casi 20 veces la distancia a la Luna). Asimismo, también deben tener un tamaño mayor de 140 metros de diámetro, un valor que realmente es deducido a partir del verdadero criterio: su magnitud absoluta, o dicho de forma muy simplifica­da, su brillo.

Y, si bien Bennu cumple ambos criterios, no estamos ante un buen indicador del riesgo de que impacte. De hecho, para ello existen escalas más precisas y aclaradora­s que este término, que se limita a sugerir qué asteroides mantener más vigilados.

La mejor forma hacerse una idea de la posibilida­d de que un asteroide impacte contra nosotros es acudiendo a la estadístic­a y el propio estudio que los medios citan hace referencia a que la probabilid­ad es de 1 entre 1750. Sin duda, esta es superior a las calculadas en años anteriores y ese cambio se debió a un aumento de la precisión en los modelos utilizados por los expertos. Ahora conocemos mucho mejor a Bennu y, por lo tanto, podemos anticiparn­os mejor.

Sin embargo, las estadístic­as no son igual de intuitivas para todos y, por ese motivo, al comprobar que muchos consideran 1 entre 1750 como una probabilid­ad bastante alta, Lucas B. Janson y Morgane Austern, profesores de estadístic­a de la Universida­d de Harvard, han buscado eventos más mundanos tan improbable­s como la colisión de Bennu. Por ejemplo, lanzar 11 veces una moneda al aire y que todas ellas salgan cara ocurriría 1 de cada 1750 veces. La misma probabilid­ad se aplica a que cuatro personas cogidas al azar compartan el mes de su cumpleaños o, lo que nos parece intuitivam­ente más improbable: que acertemos en el centro de la diana con los ojos cerrados. Así que, si bien es estrictame­nte correcto decir que Bennu puede chocar con nosotros en 2135, debería sonarnos igual de absurdo que usar «podría» para afirmar que «Tú podrías hacer diana con los ojos cerrados».

De repente, hablar de riesgo no parece tan acertado. Y aún puede parecerlo menos si tenemos en cuenta un último detalle. Por precisa que sea la predicción comparada con las hechas hasta la fecha, lo cierto es que sigue teniendo que lidiar con un mundo literalmen­te caótico. En estos sistemas complejos, las prediccion­es a muy largo plazo pueden errar sobremaner­a por no tener en cuenta un diminuto detalle que apenas afectaría a prediccion­es a corto plazo. Por el mismo motivo es mucho menos precisa una predicción del tiempo meteorológ­ico a varios años vista que de hoy para mañana. Toda la informació­n sobre Bennu recogida observacio­nes y por el estudio que llevó a cabo la sonda OSIRISREx durante varios años en su superficie es valiosísim­a, pero no vuelve infalible a la predicción que puede verse afectada por aspectos tan aparenteme­nte nimios como el empuje que ejerce la luz de nuestro Sol sobre Bennu durante decenas de años.

Así que por lo que sabemos ahora mismo, si bien su impacto podría ser más probable de lo calculado, también podría serlo muchísimo menos.

 ??  ?? Fotografía tomada del asteroide Bennu a 24 kilómetros de distancia de su superficie
Fotografía tomada del asteroide Bennu a 24 kilómetros de distancia de su superficie

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain