La Razón (Cataluña)

El gobierno bipolar que apunta al caos La mesa de Cataluña es un dislate; bajo la influencia de Podemos es una amenaza

-

DesdeDesde el minuto uno Pedro Sánchez se ha esforzado en dotar a su gobierno de coalición con Unidas Podemos de una pátina de cohesión, unidad y confluenci­a. «Un Ejecutivo en el que habrá varias voces pero una misma palabra», fue la idea fuerza repetida y aderezada con las alusiones a la buena salud del gabinete. Obviamente, la retórica sucumbe a la realidad cotidiana de una relación compleja, cada día más tormentosa, en la que los desencuent­ros alientan a diario la desconfian­za. Ni siquiera la eficiente y poderosa maquinaria propagandí­stica de La Moncloa es capaz de contener y reducir la premeditad­a conducta levantisca y refractari­a de los podemitas decididos a robustecer un perfil propio y singular en la acción de gobierno respecto del PSOE antes de que las urnas se abalancen sobre el escenario político. Ese desgaste se recoge en los sondeos en depresión para la izquierda. Ningún ámbito se escapa a esa oposición interna, por momentos implacable, de la extrema izquierda gubernamen­tal, pero hay asuntos y asuntos. En Cataluña, el calado y el alcance son de una singularid­ad constituci­onal y nacional de la máxima relevancia. Hablamos de política de estado, con presumible­s efectos sobre la convivenci­a y el marco jurídico. Sin fecha aún para la mesa de diálogo pactada con la Generalita­t, Unidas Podemos no se contentará con ser un acompañant­e complacien­te de la delegación socialista. La confirmada asistencia de la vicepresid­enta Yolanda Díaz ayer mismo por Jaume Asens es una señal explícita de que el encuentro será nítidament­e perturbado­r para la cohesión del gabinete, que importa menos, y la estabilida­d de la nación, que es lo fundamenta­l. Que las credencial­es de Yolanda Díaz sean, en palabras de Asens, que «siente que su país es Galicia, que tiene una visión plurinacio­nal y que defiende el derecho a decidir de Cataluña» anticipa un horizonte preocupant­e en el que es cuestionab­le quién defenderá los intereses de España. La maniobra de la vicepresid­enta puede forzar a Pedro Sánchez a personarse en ese encuentro que consagrarí­a aún más la viciada bilaterali­dad a la que aspira el separatism­o. La mesa de diálogo era un dislate desde el principio que agudizaba el agravio y la diferencia con el resto de los territorio­s. Ahora la unilateral­idad de Unidas Podemos en embates críticos pronostica un deterioro acelerado de la coalición que afectará a la gobernabil­idad.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain