La «víctima» de homofobia dice que se inventó la agresión
Confesó ante la Policía que las lesiones fueron consentidas
El joven de 20 años que denunció haber sido víctima de una agresión homófoba la tarde del domingo en Malasaña confesó ayer ante la Policía que se inventó una «emboscada» en el portal de su casa por parte de un grupo de «ocho encapuchados» y que las lesiones que supuestamente le provocaron fueron, en realidad, consentidas y dentro de otro contexto. Según adelantó La Sexta y confirmó LA RAZÓN de fuentes policiales, tras horas de conversación con los investigadores, el chico terminó explicado que no hubo ninguna agresión grupal y que el supuesto «tatuaje» realizado con arma blanca con la palabra «maricón» en el glúteo se realizó con su consentimiento.
Aunque trabajaban con varias líneas de investigación, los agentes no encontraban en las cámaras de videovigilancia de los lugares aledaños ningún grupo de encapuchados huyendo a esas horas ni tampoco testigos que pudieran presenciar algo.
«Rectifica su declaración»
Desde el Ministerio del Interior han difundido que el joven «ha decidido rectificar su declaración inicial» y, finalmente, ha declarado que «las lesiones inicialmente denunciadas fueron consentidas».
Desde Interior destacan que esta declaración se produce «sin perjuicio del desarrollo de las investigaciones y del procedimiento judicial».
Los agentes de la comisaría de Centro habían iniciado las pesquisas solicitando el visionado de las cámaras de videovigilancia en torno al lugar de la agresión, supuestamente el portal del domicilio de la víctima. Tras muchas horas de visionado y análisis no habían visto nada relevante, a pesar de que el joven denunció que «ocho encapuchados» le habían abordado para agredirle física, verbalmente y humillarle por su condición sexual. Tras entrevistarse con practicamente todos los comercios de la zona y buscar a posibles testigos del incidente, tampoco encontraron a nadie que hubiese visto ni escuchado nada en ese momento: las 17:00 horas en un lugar tan céntrico de la capital y siempre lleno de gente.
A la investigación del caso se sumaron agentes de la Brigada Provincial de Información, con expertos en este tipo de delitos de odio. Pronto se barajó la posibilidad de que hubiera miembros de bandas latinas por el tipo de insultos y otros detalles que el joven especificó en su denuncia inicial. Sin embargo, había puntos de su declaración que no terminaban de cuadrar y ahora ha resultado que se trataba de una denuncia falsa.
Pérdida de tiempo
Para llegar hasta este punto, no obstante, la Policía ha tenido que perder su tiempo para realizar una investigación muy exhaustiva. Tras las primeras sospechas de contradicciones volvieron a citar hoy al joven denunciante y, tras mostrarle algunas cosas que no encajaban, ha incurrido en algunas contradicciones y ha terminado por derrotar. Influye también en la presión del chico el hecho de que no esperaba la trascendencia que tomaba el caso ya que, tras la oleada de solidaridad contra las agresiones al colectivo LGTBI, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decidió convocar para el viernes una comisión especial para tratar el tema.
Los agentes encontraron lagunas en su denuncia y tras ponerle en varios bretes el chico acabó contando la verdad