La Razón (Cataluña)

Marruecos decide en las urnas el destino de los islamistas

El empresario Azziz Akhannouch es el favorito para ser el nuevo primer ministro marroquí

- Antonio Navarro -

Algo menos de 18 millones de marroquíes inscritos en el censo –voluntario y no universal– eligieron ayer a sus representa­ntes en la cámara baja del Parlamento –de la que, a su vez, saldrá el Gobierno– y en las corporacio­nes locales y regionales en un ambiente marcado por las fuertes restriccio­nes de carácter sanitario, el deterioro económico y social y la apatía generaliza­da por el proceso electoral. Precisamen­te la idea de reunir la triple cita con las urnas en una misma jornada –y celebrarla­s un miércoles y no, como es norma, en viernes– tiene como objeto tratar de estimular la participac­ión.

Al cierre de esta edición el último dato oficial de asistencia era el de las 17:00 horas y rondaba el 36%, cifra similar a la de los últimos comicios legislativ­os a esa hora. En las elecciones parlamenta­rias de 2011, en medio de la efervescen­cia de la Primavera Árabe, participó un 45,4% del censo –4,7 millones de personas– y en las de 2016 apenas un 42,3% del censo –5,7 millones de votantes. Recordemos que en torno al 25% de los ciudadanos mayores de 18 años no figuran en el censo, que se ha incrementa­do en esta ocasión en algo más de 1,8 millones de personas, por lo que la abstención real es mayor que el porcentaje oficial. Se espera que los primeros resultados oficiales se conozcan a lo largo de hoy.

Según los expertos, la nueva Cámara de Representa­ntes, con sus 395 escaños, estará más fragmentad­a que hasta ahora merced a la nueva ley electoral, aprobada este año a instancias directas del Ministerio del Interior. Una de las consecuenc­ias previsible­s del nuevo cálculo de representa­ción es que los grupos parlamenta­rios serán más exiguos –de manera habitual ninguna formación tiene la mayoría suficiente para gobernar en solitario. El grupo más castigado será previsible­mente el del islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD), maSadaeddi­ne yoritario en la cámara baja del Parlamento marroquí en las elecciones legislativ­as de 2011 y 2016 y principal formación en el Gobierno de coalición.

Si la estimación es que el partido dirigido por el primer ministro El Othmani retroceder­á –no en vano la formación presentó un 50% menos de candidatos locales respecto a las elecciones de 2015–, se espera el ascenso –y victoria final– del Reagrupami­ento Nacional de Independie­ntes (RNI), formación de corte liberal-conservado­r que preside el empresario (la mayor fortuna de Marruecos, según la revista Forbes) Aziz Akhannouch. Su nombre suena como casi inevitable primer ministro del nuevo Ejecutivo.

La fuerte inversión publicitar­ia de la formación, sobre todo en redes sociales –las medidas sanitarias redujeron al mínimo en número de mítines y actos electorale­s presencial­es, dejando una campaña descafeina­da–, ha sido duramente criticada por los islamistas y la oposición. Ante la ausencia de sondeos, el principal termómetro de la nueva tendencia electoral fueron las elecciones a las cámaras profesiona­les celebradas en agosto, en las que el RNI se impuso con un porcentaje del 27,6% de los votos.

La jornada histórica de la democracia marroquí transcurri­ó en un ambiente de normalidad, sin aglomeraci­ones en los colegios ni incidentes dignos de mención en el operativo electoral a lo largo y ancho del país.

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EFE Las autoridade­s electorale­s esperan a los votantes en el interior de un centro de votación en Rabat, ayer

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