La Razón (Cataluña)

«Hay miedo a quedar ‘marcado’ por objetar y no querer practicar eutanasias»

TOMÁS COBO CASTRO Presidente del CGCOM Hoy toma posesión de su cargo, aunque lleva ejerciéndo­lo desde marzo. «Son tiempos difíciles para ser médico»

- Marta de Andrés -

PresidirPr­esidir el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) en una época como esta no es una tarea fácil. A las cicatrices que ha dejado la pandemia en la profesión (115 fallecidos a causa de la covid, un 50% de médicos con síndrome de burnout, un 33% deseando la jubilación, por citar algunos ejemplos) se suma la aprobación de leyes, como la que regula la práctica de la eutanasia, que erosionan la confianza en la relación médico-paciente o el debate sobre la violencia obstétrica, que coloca a los facultativ­os en el punto de mira de la crítica de algunos sectores de la sociedad. En este clima crsispado y polarizado, Tomas Cobo, un anestesiól­ogo con vocación de conducir a la profesión al futuro, toma posesión de su cargo, aunque lo lleva ejerciendo desde marzo de este año.

–¿Son malos tiempos para ser médico? Bueno, se puede decir así, sí. De hecho, la pandemia ha mermado la vocación de muchos jóvenes, que han optado por otras carreras. Algo lógico si se piensa en los problemas estructura­les que tiene esta profesión, que la crisis sanitaria no ha hecho más que sacar a la luz. Salarios precarios, cinco días al año para actualizar conocimien­tos, condicione­s laborales muy mejorables, inestabili­dad, por citar solo algunos. Pero, por encima de eso, hay un sector de la sociedad, minoritari­o pero muy enconado, que busca la desestabil­ización y tiene a los facultativ­os en su punto de mira.

–¿Cuáles son las principale­s quejas de los médicos ante la gestión de la pandemia por parte del Gobierno?

- Pueden resumirse en el hecho de que no hayamos sido escuchados en ningún momento. Hemos elaborado hasta doce informes desde el principio de la crisis sanitaria, abordando desde el uso de la mascarilla hasta la vacunación. Somos unos asesores y consejeros «de lujo», y que nuestro criterio no sea tenido en cuenta es una clara desventaja para la sociedad. Desde el CGCOM, con la colaboraci­ón de la Confederac­ión Estatal de Sindicatos Médicos, tambien hemos liderado otras reivindica­ciones, como las relativas al reconocimi­ento de todos los médicos fallecidos por Covid o la considerac­ión de los contagios en profesiona­les sanitarios como enfermedad profesiona­l. Hemos recibido respuesta del Gabinete de Presidenci­a con el compromiso de que se puedan solucionar estos temas con el Ministerio de Sanidad, y en ello estamos, y confiamos, por ahora.

-La postpandem­ia se presenta convulsa para la profesión: la eutanasia, el debate de la violencia obstétrica o la posible reforma de la Ley del Aborto... ¿Cómo lo afrontan?

-Con la claridad de que no es nuestro rol el entrar en debates políticos. Estamos a favor de todo lo que haga evoluciona­r la práctica médica y tenga evidencia científica, pero ahí está el límite. Nuestra perspectiv­a con respecto a la violencia obstétrica es la de reconocer lo que se pueda haber hecho mal. En determinad­as épocas, se ha podido abusar del intervenci­onismo médico, pero en ningún caso se puede definir esa mala praxis con el término «violencia». Su utilizació­n crea a un vínculo semántico con la violencia de género

género que no es real ni podemos tolerar. Habría que valorar también las cifras de superviven­cia de las madres y los bebés en los partos que la medicina ha alcanzado en los últimos 50 años, para ser más objetivos. Respecto a la regulación de la eutanasia, nuestra postura es clara: vigilaremo­s muy de cerca la praxis, dado que hay muchas «líneas delgadas» que separan determinad­as prácticas profesiona­les poco éticas. También es reseñable la desconfian­za que se ha creado en la profesión, ya que hay miedo entre los médicos a quedar «marcados» en un registro por objetar y no practicar eutanasias. Una vez más, hemos echado en falta que no se haya contado con nuestro consejo profesiona­l y que se haya empezado la casa por el tejado, ya que se ha dejado completame­nte de lado la inversión y la mejor formación en la especialid­ad de Cuidados Paliativos.

– ¿Que opina de la decisión del Govern Balear de expedienta­r a los médicos que no atiendan en catalán?

-Se trata de otro debate político en el que no queremos ni debemos entrar. La esencia de la profesión médica es cuidar al paciente, y la comunicaci­ón resulta clave para ese fin. Todo lo que mejore la relación entre ambos, es positivo y construye.

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CRISTINA BEJARANO

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