Laya ordenó que la entrada de Ghali fuera con «discreción»
Las acusaciones populares reclaman que la ex ministra declare como investigada
La orden de no requerir la documentación a Brahim Ghali a su llegada a España el pasado 18 de abril partió de la entonces ministra de Asuntos Exteriores. Así lo aseguró ayer ante el juez Camilo Villarino, que era jefe de Gabinete de Arancha González en esas fechas. En su comparecencia como investigado ante el magistrado de Zaragoza que investiga si el líder del Frente Polisario entró en nuestro país con documentación falsa, Villarino dijo que fue Arancha González Laya quien le trasladó la decisión de acoger en nuestro país a Ghali«porrazoneshumanitarias». Lo hizo, según añadió, apenas 48 horas antes de que su avión aterrizase en la base militar de Zaragoza, pidiéndole además a su «número dos» que la operación se llevase a cabo con «discreción» y sigilo, confirmaron fuentes jurídicas.
Las dos acusaciones populares personadas en la causa quieren ahora que el juez de Zaragoza que investiga los hechos, el magistrado Rafael Lasala, llame a declarar como imputada a la propia González Laya.
Según esas mismas fuentes, el diplomático explicó que recibió una llamada de González Laya el 16 de abril avisándole de la llegada de Brahim Ghali y de su hijo, precisándole que el líder polisario tenía pasaporte diplómatico y su hijo, residencia española. Villarino contó que ambos estuvieron barajando «los pros y los contras» de la operación.
Dos días después, el mismo 18 de abril, González Laya comunicó a su jefe de Gabinete que se había decidido autorizar su entrada en España y le encargó que gestionara todos los trámites necesarios (facilitándole teléfonos de contacto de autoridades argelinas y de La Rioja –para tramitar su traslado en ambulancia a un hospital de Logroño–), pero que lo hiciera con «discreción» y reserva.
Tras recibir la orden de la ministra, Villarino se encargó –según explicó– de tramitar la llegada del líder del Frente Polisario procedente de Argelia. Lo hizo con la discreción requerida (ni siquiera identificó a Ghali cuando trasladó la orden al entonces teniente general del Estado Mayor del Ejército del Aire, como certifican los WhatsApp intercambiados entre ambos el mismo día 18 de abril). Por ejemplo, se obvió incluir la llegada de Ghali en la base de datos que comparten los países del espacio Schengen.
El diplomático esgrimió el Convenio de Schengen al defender la legalidad de la decisión de no obligar a identificarse a Ghali. Y explicó que cuando se enteró por la prensa de que ingresó en el hospital con una identidad falsa (Mohamed Benbatouche), reclamó la documentación con que se había registrado y le remitieron una fotocopia de un pasaporte argelino (donde el año y el lugar de nacimiento son erróneos) que según las fuentes consultadas habría aportado.
Por su parte, el general Francisco Javier Fernández Sánchez, actualmente representante militar español (Milrep) en Bruselas ante los comités militares de la OTAN y la Unión Europea, aseguró al instructor que cuando Villarino –a quien dijo no conocer– le trasladó la orden que a su vez puso en conocimiento de la base militar de la capital aragonesa, se limitó a cumplirla. «Soy un militar y cumplo órdenes. No pongo en duda lo que me dice el Ministerio de Asuntos Exteriores», dejó claro.
«Nosotros nos regimos por disciplina y jerarquía. Una orden no se discute. Si a un militar se le ordena que tiene que morir, tiene que morir», añadió. El mando contó también que no supo que se tratara de Ghali, pues solo le dijeron que tenía que coordinar la llegada de una avión en el que viajaba un paciente con Covid y su hijo.
El ex jefe de Gabinete de Laya defiende la legalidad de la decisión de eximir al líder polisario del control de documentación
El mando militar a quien se trasladó la orden: «Nosotros nos regimos por disciplina y jerarquía. Una orden no se discute»