¿DEBE EL GOBIERNO CARGAR SOBRE LAS ELÉCTRICAS LA SUBIDA DEL PRECIO DE LA LUZ?
A FAVOR
Las compañías se han beneficiado durante muchos años de unos beneficios que han engordado sus cuentas a costa de los clientes y ahora es momento de que arrimen el hombro.
Ganancias al alza
Las compañías energéticas han recuperado el pulso de los beneficios a pesar de la crisis. El pasado año, Iberdrola y Endesa ganaron más de 5.000 millones, un 36% más que en 2019.
Beneficios caídos del cielo
El dinero que quiere requisar el Gobierno son los denominados «beneficios caídos del cielo», ingresos extra que las nucleares e hidroeléctricas tienen por un CO2 que no emiten.
Compromiso ético
Es lógico que estas compañías arrimen el hombro en un momento como el actual, en el que muchas familias lo están pasando realmente mal.
EN CONTRA
Las compañías energéticas no son ONG. Son empresas con inversores que, si sospechan que son un mal negocio, huirán y las dejarán en una situación complicada con efectos para la actividad y el empleo.
Empresas cotizadas
Las energéticas son compañías cotizadas que tienen inversores a los que anuncios de este tipo no gustan por la inseguridad que generan. Ayer se dejaron en bolsa 2.340 millones.
Inseguridad jurídica
Esa misma inseguridad jurídica no sólo espantan a los inversores sino que puede acabar en pleitos multimillonarios con nefastas consecuencias para el erario público.
Esfuerzo
Las compañías, ya sea por solidaridad u otra cuestión, han comenzado a ofrecer tarifas en el mercado libre más ajustadas que benefician a los consumidores que se acojan a ellas.