Punch ofrece 650 millones y 2.000 empleos para salvar Nissan
El grupo europeo fabricante de componentes Punch, de origen belga, presentó ayer ante las autorizades de la Generalitat y los sindicatos una oferta vinculante para la reutilización de los tres centros de producción de Nissan en Barcelona. El proyecto incluye, entre otros puntos, la inversión de hasta 650 millones de euros en un plazo de cinco años y el mantenimiento del empleo de 2.000 trabajadores hasta 2025.
Entre las ideas presentadas, destaca la fabricación y comercialización de un modelo de «pick-up» derivado de la actual Nissan Navara, en la que el motor 2,3 diésel turbo será adaptado para su funcionamiento con hidrógeno. El grupo Punch, una empresa familiar belga dirigida por Guida Dumarey, con una facturación anual superior a los 5.000 millones de euros, está especializado en la fabricación de componentes del automóvil como motores, transmisiones, motores eléctricos y sistemas de micromovilidad, cuenta con fabricas en diferentes países como Gran Bretaña, Italia, Francia o Eslovenia. Y tiene la experiencia de haber ya reconvertido factorías de automóviles y adaptarlas a sus proyectos, como ha sucedido en la planta francesa de Estrasburgo, que antes fue de General Motors, o la de Turín, donde se respetaron la totalidad de los puestos de trabajo. Dentro de su estrategia de futuro está el empleo del hidrógeno como combustible para su utilización no sólo en el mundo del automóvil de turismo, sino asimismo en otros campos como barcos, trenes o camiones. Todo orientado al objetivo marcado por la UE de llegar a sistemas de movilidad de cero emisiones entre los años 2030 y 2050. Dentro de la organización de esta compañía, el proyecto español estaría dirigido por Andy Palmer, un profesional de larga trayectoria en el mundo del automóvil y que hasta el año pasado era el CEO de Aston Martin. Palmer explicó ayer que el proyecto de Punch es el más adecuado para poder mantener no sólo la estructura productiva de las factorías de Nissan en Barcelona, asegurando el empleo y manteniendo a los proveedores actuales de los modelos Navara y NV200. Para el Navara, los planes son seguir comercializando este modelo, con diferencias propias del proyecto Punch, llevando a cabo una modificación de los motores diésel para reconvertirlos a utilización de hidrógeno. Para la furgoneta NV200 los planes son la electrificación de sus motores para poderlos vender como taxis y otros servicios.