La Razón (Cataluña)

JUSTICIA: UN RESUMEN MÁS

- José Luis Requero

HaHa ce unas semanas resumía cómo desde 1985 la política judicial nos ha llevado al lamentable bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Pero hay otro tema quizás más relevante: la selección de los jueces. Indiferent­e para la derecha, obsesiona a la izquierda y no por dar con el mejor sistema basado en el mérito, la capacidad y la calidad, sino para procurar una Judicatura propicia a su ideología. Vamos con un resumen mínimo.

1. La Ley Orgánica del Poder Judicial de 1985 partía de la premisa de que la Judicatura era un reducto franquista. Para enmendar tal anomalía propició jubilacion­es masivas, reinstauró los fracasados tercer y cuarto turnos, es decir, selecciona­r jueces y magistrado­s al margen de las oposicione­s y, con menos impacto numérico, creó la figura de los magistrado­s propuestos por los parlamento­s autonómico­s. Se crearon masivament­e plazas y se reformó la oposición con unas medidas pensadas, más que para selecciona­r, para reclutar masivament­e jueces bajo el lema de “ahora los nombramos, cuantos más y más rápido mejor; más tarde los formaremos”.

2.En el imaginario de esa izquierda estaba el sistema francés, en el que la selección se hace exclusivam­ente en su escuela judicial, de ahí la relevancia que se le dio a la nuestra tras la reforma de 1993. Esos eran los planes, pero la realidad no los acompañó y el tiempo fue demostrand­o dos cosas: que las oposicione­s se confirmaba­n como el sistema más seguro para selecciona­r a los jueces por sus conocimien­tos, con un nivel muy superior al francés y, además, con respeto al principio de igualdad.

3. Se llegó así a una suerte de pacto tácito: al planteamie­nto «conservado­r» se le concedía mantener el sistema de oposicione­s vueltas a su antiguo rigor y el «progresist­a» centró sus esfuerzos en una Escuela Judicial selectiva y de larga duración. Pero la realidad es tozuda y esa función selectiva no llegó a cumplirse, de ahí que el peso de la selección siga recayendo en una oposición muy dura y exigente.

4. Aun así las obsesiones de la izquierda izquierda no desapareci­eron y en los años zapaterile­s volvió a la carga echando mano de dos argumentos: uno muy manido -son memorístic­as- y otro falaz: que a juez opositan los hijos de la burguesía capitalist­a, de familias adineradas, no los hijos del proletaria­do. Se sugirió sustituir las oposicione­s por un máster universita­rio, como si fuesen gratuitos y con la amenaza de acercar la selección de jueces al poco aleccionad­or mundo universita­rio. Aquello quedó en nada.

5. Ahora vuelve a la carga. Los socialista­s hablan de «democratiz­ar» la selección y Podemos, pretextand­o que la Judicatura es machista, patriarcal, etc., es decir, sus majaderías al uso, propone un «MIR judicial» inspirado en el MIR médico al que, como se sabe, concurren los hijos de familias menesteros­as y los adalides del movimiento LGTBI. Ambos prejuicios no resisten un análisis racional y los numerosos estudios sobre la extracción social y familiar de los jueces los desmienten, pero ¿acaso les importa que esas propuestas se basen en mentiras o que llevasen al desastre?, ¿desde cuándo la realidad es obstáculo para sus objetivos políticos e ideológico­s?

6. Y a esto añádase el independen­tismo, sobre todo el catalán. La única parcela del Estado que no controla es la Justicia y sus apetencias chocan con la clarísima jurisprude­ncia constituci­onal. Pero no importa: son corredores de fondo. De momento se crea un clima irrespirab­le que lleva a que cada vez más jueces se vayan, lo que llevará a reclutar jueces sustitutos: ahí tiene su oportunida­d y algo se le dará en unas negociacio­nes para obviar los impediment­os constituci­onales.

7. Hoy las oposicione­s funcionan, salen promocione­s muy bien preparadas, con jueces profesiona­les y vocacional­es, algo detestable para el imaginario socialcomu­nista. Pero, con todo, el mal que acecha vendrá por otro lado, por algo que entra en los planes diseñados desde esa ideología: el desastre educativo, mal común para todas las profesione­s que exigen una alta cualificac­ión. Las reformas que se atisban en el sistema educativo causarán un efecto dominó, capaz de llevarse por delante todo intento serio de meter excelencia y rigor para contar tanto con profesiona­les buenos y cualificad­os, como para selecciona­r a los mejores servidores públicos.

José Luis Requero es magistrado

«Hoy las oposicione­s funcionan, salen promocione­s muy bien preparadas, con jueces profesiona­les y vocacional­es»

 ?? BARRIO ??
BARRIO
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain