Biden se estrena en la ONU bajo la sombra de la crisis con Francia
Vuelve el debate presencial a la Asamblea General de Naciones Unidas
Joe Biden afronta su primer discurso como presidente de EEUU en la 76ª Asamblea General de las Naciones Unidas hoy en Nueva York, en la que augura ser una intensa y compleja semana para el inquilino de la Casa Blanca, política y diplomáticamente hablando, tras la escalada de tensión en la mayor crisis de la historia con (su hasta ahora país aliado) Francia. La ruptura sin precedentes que enfrenta EE UU con el Gobierno francés centrará toda la atención durante este arranque histórico de la Asamblea ya en persona, después de dos años sin que los líderes mundiales pudieran asistir de manera presencial al mayor encuentro de cooperación internacional para abordar el mantenimiento de la paz y la seguridad.
La Asamblea General de las Naciones Unidas y sus 193 países miembros vuelven a darse cita, aunque con algunas restricciones todavía como aforos limitados, mascarillas y vacunas obligatorias. Y, sobre todo, con varias heridas abiertas que no serán fáciles de cerrar.
La triple alianza del Pacífico, recientemente formada en secreto por EE UU, Australia y Reino Unido, ha dejado de lado a Francia, hasta ahora país aliado de Washington en la lucha contra la amenaza de China. Porque frenar el potencial crecimiento comercial, tecnológico y militar del país asiático es el principal objetivo de la Administración Biden, cuya finalidad justifica la creación de este nuevo triángulo amoroso del Pacífico.
Los franceses firmaron en 2016 un contrato con EE UU valorado en más de 60.000 millones de dólares a cambio de una docena de submarinos convencionales diésel-eléctricos y cuya fabricación ya estaba en marcha. Pero la creciente amenaza de China y, para contrarrestarla, la oferta australiana de proporcionar renovado mecanismo militar para hacer frente a esa carrera de fondo, hizo que Biden cambiara de opinión.
Pero enemistarse con Francia no entraba en los planes de Biden y sus consecuencias le pueden salir caras. El presidente Emanuel Macron reaccionó, en un impulso, retirando a sus embajadores de Australia y EE UU en una actuación diplomática única y sin precedentes. Acercando posturas, en un intento de calmar los ánimos del enfurecido presidente francés, el Gobierno de Biden ha confirmado que tendrá lugar una llamada telefónica entre ambos mandatarios en los próximos días para tratar de detener el conflicto y llegar a un acuerdo que les permita seguir siendo aliados sin comprometer sus mutuos intereses.
Ayer, Estados Unidos aseguró que no planea ofrecer ningún tipo de compensación a Francia por la pérdida del valioso acuerdo de venta de submarinos franceses a Australia. Por lo pronto, los ministros de Exteriores de la UE decidían convocar una reunión de urgencia ayer, al margen de la Asamblea General de la ONU, para discutir la decisión de Australia de cancelar la fabricación del pedido francés para poder construir al menos ocho submarinos de propulsión nuclear con tecnología estadounidense y británica, después de establecer clandestinamente la asociación de seguridad entre esos tres países, denominada AUKUS.
Y, en medio de la crisis diplomática con Francia que mantiene en vilo estos días a la comunidad internacional, otra de las incógnitas planteadas ahora es saber qué va a pasar ante esta situación en Europa. «Estamos analizando el anuncio de AUKUS y cuál será el impacto en el calendario», confirmó un portavoz de la Comisión Europea, todavía con la incertidumbre de saber qué implicaciones tendrá la disputa geopolítica en la próxima ronda de conversaciones de ámbito comercial entre la UE y Australia, prevista para el 12 de octubre.
Se espera que Afganistán sea otro de los temas centrales del encuentro entre los líderes mundiales, poniendo el foco en la inestabilidad generada con la repentina caída del Gobierno afgano y la inminente toma de control talibán y al contexto que facilita esa dramática situación hacia nuevos escenarios y amenazas de terrorismo internacional. La Casa Blanca también ha sido duramente criticada en las últimas semanas por la gestión de la salida definitiva de las tropas estadounidenses, después de veinte años de presencia militar en Afganistán, en la que ha sido la guerra más larga de la historia de EE UU. Su Administración fue la responsable de dar respuesta a la veloz invasión de los insurgentes en la toma de Kabul con la consecuente evacuación de emergencia llevada a cabo a contrarreloj por EE UU y sus aliados.
EE UU no ofrecerá ninguna compensación económica a Francia en el contencioso sobre submarinos La Unión Europea convocó ayer una reunión de urgencia al margen de la Asamblea General para discutir AUKUS