La Razón (Cataluña)

El Vaticano impone el pasaporte covid a empleados y turistas

A partir del 1 de octubre será obligatori­o presentar el pase sanitario

- Soraya Melguizo -

Con apenas 44 kilómetros cuadrados, el Vaticano es el Estado soberano más pequeño y menos poblado del mundo, pero eso no significa que haya permanecid­o inmune al coronaviru­s. Desde que se declaró la pandemia, una treintena de personas han resultado positivas, entre funcionari­os, miembros de la guardia suiza y cardenales. Por eso, a partir del 1 de octubre, todos los turistas que visiten el Vaticano, los residentes en el pequeño Estado pontificio, así como el personal que presta servicio en los diversos organismos de la Curia Romana y sus institucio­nes deberán mostrar el certificad­o sanitario que acredita estar vacunado contra la covid-19, haber pasado la enfermedad recienteme­nte o haber resultado negativo a una prueba realizada en las últimas 48 horas. Sólo quienes asistan a las celebracio­nes litúrgicas quedarán exentos de esta obligación «durante el tiempo estrictame­nte necesario para la realizació­n del rito», según anunció la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

La campaña de vacunación en el Vaticano comenzó en febrero entre sus cerca de 800 residentes y más de 3.000 empleados y sus familias. Todos ellos, así como el papa Francisco y el papa emérito Benedicto XVI, tienen su certificad­o sanitario europeo, después de que el Vaticano llegase a un acuerdo con la UE para que reconocies­e la vacunación realizada a través de su propio sistema sanitario. Sin embargo, la vacunación no es obligatori­a. Como reconoció el pontífice recienteme­nte, en el Vaticano también hay varios «antivacuna­s», incluido algún cardenal.

Francisco se refería al conservado­r Raymond Burke, representa­nte de una minoría muy ruidosa, jaleada por la ultraderec­ha, que desde el púlpito de una iglesia o desde las redes sociales, lanzan mensajes contra la vacunación y contribuye­n a propagar peligrosos bulos. En el último año el cardenal estadounid­ense, residente en el Vaticano, se ha manifestad­o públicamen­te contra las mascarilla­s, el pasaporte sanitario o las vacunas, hasta que en agosto acabó intubado en un hospital de EE UU después de contraer el virus.

Con esta normativa, que el papa Francisco solicitó realizar para «prevenir, controlar y contrarres­tar» la emergencia, el Vaticano se adelanta a Italia, que exigirá el pasaporte sanitario para poder acceder a los lugares de trabajo, tanto en el sector público como en el privado, a partir del 15 de octubre. Italia se ha convertido en uno de los primeros en la UE en exigir el pasaporte sanitario para trabajar y vivir en su territorio. Desde agosto, el certificad­o es necesario para acceder al interior de bares, restaurant­es, museos o teatros.

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