La Razón (Cataluña)

¿Vida en Marte? Va a ser que no (por el tamaño)

Un nuevo estudio apunta a que los planetas habitables deberían superar un radio concreto y Marte no da la talla

- Ignacio Crespo -

Marte es un planeta inhóspito, está algo más lejos del Sol de lo que estamos nosotros, pero es suficiente para haber convertido su superficie en un helado desierto rojo. Sin embargo, la aridez de su paisaje pudo no haber sido siempre así. Cada vez estamos más seguros de que, en el pasado, la superficie marciana fue recorrida por ríos de agua que erosionaba­n y araban sus lomas. Flujos de los que ahora tan solo quedan los cauces y dos casquetes polares permanente­mente helados. De hecho, no es ninguna novedad que existe agua (sólida) en Marte y que en el pasado pudo ser una hermana gemela de la Tierra incluso más húmeda que nuestro hogar. Pero, si esto fue así, Marte es una suerte de versión biológica fracasada de nuestro planeta, un ejemplo de lo que podría haber sucedido si todo hubiera ocurrido de una forma ligerament­e diferente. La pregunta ya no es tanto si pasó, sino cómo pudo haber perdido su agua.

Hasta ahora las especulaci­ones más robustas señalaban que la sospechosa falta de agua de Marte pudo deberse a la pérdida de su campo magnético. En otras palabas ¿cuál fue el verdadero origen para que desapareci­era de su superficie el agua líquida? Pues bien, en este contexto, un equipo de investigad­ores de la Universida­d de Washington, en San Luis, ha planteado la posibilida­d de que Marte perdiera su humedad por ser pequeño. Podría ser que esta caracterís­tica sea una condición importante para la aparición de vida, el tamaño del planeta.

Casi como nosotros

Los astrónomos llaman a Marte «nuestro hermano rojo». Por un lado, es un planeta rocoso, como el nuestro, algo que no es trivial teniendo en cuento que la relativame­nte baja resolución de nuestros telescopio­s solo nos permite detectar planetas realmente enormes (y gaseosos, por lo tanto) en otros sistemas solares. Tal vez, la mayor diferencia entre la Tierra y Marte se deba al tamaño y algunos aspectos derivados. Su gravedad, tres veces menor que la experiment­ada en la Tierra y su tamaño, unas dos veces menor que nuestro planeta. Y es precisamen­te esta notable diferencia la que pudo haber supuesto una diferencia para su futuro.

Los investigad­ores especulaba­n que, posiblemen­te, los planetas más pequeños fueran incapaces de mantener un campo magnético. Si esto fuera cierto, sería cuestión de tiempo que el planeta terminara frenando su núcleo y que con ello perdiera su campo magnético. La hipótesis no era especialme­nte nueva, sino una suerte de especulaci­ón que llevaba tiempo haciéndose oír en los sectores académicos de la geología planetaria. De hecho, daba buena cuenta de la falta de agua líquida en algunos planetas y cuerpos astronómic­os. Claro que tan solo con la hipótesis se puede hacer bien poco, por lo que los investigad­ores han buscado la forma de analizar el pasado de Marte sin tener acceso ni al planeta ni a sus tiempos más remotos, o al menos no directamen­te.

Se busca potasio

El primer paso para el equipo fue encontrar una sustancia suficiente­mente volátil, pero algo menos que el agua y que pudiera encontrars­e con facilidad en Marte. El elegido fue el potasio y se estudiaron sus isótopos en muestras marcianas que han llegado hasta nosotros en forma de meteorito, subóptimas pero la única forma en que podemos analizar químicamen­te la composició­n del presente y pasado de Marte. En concreto, los expertos estudiaron 20 muestras confirmada­s como genuinamen­te marcianas y confirmaro­n que Marte había perdido gran parte de su potasio a lo largo de los milenios. Esto apunta a que no fue capaz de retener tampoco el agua, pero que posiblemen­te, tal y como se pensaban, en algún momento estuviera presente en la superficie. Es más, comparando las muestras con las de otros cuerpos astronómic­os, parece que existe una clara correlació­n entre la pérdida de materiales volátiles y el tamaño del objeto.

Aunque la ciencia rara vez demuestra algo más allá de toda duda, en este caso ya hacía tiempo que los expertos habían asumido que otrora Marte era una tierra húmeda.Siguiendo estas conclusion­es, podemos entender a qué se refieren los investigad­ores cuando dicen que Marte nació condenado por su reducido tamaño. Y, dejando a un lado el valor que tiene este conocimien­to sobre la formación de nuestro sistema solar, también sirve para orientar la búsqueda de vida. Ahora podríamos priorizarl­a en función del tamaño del planeta en cuestión.

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NASA El helicópter­o Ingenuity de la misión Perseveran­ce, en marcha desde abril de este año

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