Biden y Macron dan pasos para su reconciliación
Ambos se reunirán a finales de octubre en Europa para rebajar la tensión tras el acuerdo AUKUS. El líder francés no acudió a la Asamblea de la ONU como protesta
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, acordaron ayer iniciar un proceso de consultas para rebajar la tensión en la relación bilateral tras el contencioso de los submarinos. En un comunicado conjunto tras mantener una llamada telefónica, los dos mandatarios anunciaron que se reunirán «en Europa a finales de octubre» y que el embajador francés en Washington, llamado a consultas la semana pasada, volverá a su puesto la semana que viene.
«Los dos líderes se mostraron de acuerdo en que la situación se habría beneficiado de consultas abiertas entre aliados», añade el comunicado, en referencia a las quejas de París por el escaso aviso previo que recibió sobre el pacto de defensa entre Estados Unidos, Australia y Reino Unido
La reciente crisis con EE UU y Australia por la cancelación del contrato millonario de submarinos galos en el Pacífico ha desatado el mayor desplante de Francia en la participación de la tradicional Asamblea General de Naciones Unidas y la consiguiente ronda de discursos presidenciales.
Macron decidía no acudir a la cita presencial de líderes mundiales en Nueva York ni tampoco enviar, en su nombre, al primer ministro francés. Lo hizo, en su lugar, el ministro de Exteriores a través de un mensaje pregrabado.
Jean-Yves Le Drian «siempre iba a representar a Francia en la AGNU, el acuerdo de los submarinos no cambió los planes», confirmó un portavoz de Elíseo. Aunque París asegura que no ha cambiado sus planes de participar en la Asamblea General de la ONU, como todos los años, por la ruptura del acuerdo de submarinos, lo cierto es que pocos dudan de que la denominada «traición del siglo» ha dejado a un enfurecido Macron fuera de juego.
La marcada ausencia del francés en la histórica agenda de más de un centenar de líderes mundiales se entiende como respuesta a su desacuerdo con la manera en
la que se ha llevado a cabo la creación, en secreto, del nuevo triángulo estratégico del Pacífico con Australia, EE UU y Reino Unido.
La última vez que un presidente francés se ausentó de participar en la Asamblea General de la ONU fue en 2005, hace 17 años. El entonces primer ministro, Dominique de Villepin, reemplazó al presidente Jacques Chirac, que no pudo viajar a la sede de Naciones Unidas en Nueva York por encontrarse indispuesto.
Los socios de la UE acordaron el martes colocar la disputa francesa en el centro de la política del bloque, incluyendo la celebración de una cumbre de la UE el próximo mes. Pero antes de esa fecha y de cara a la conversación telefónica de ayer, la Oficina de Macron adelantó que esperaba «medidas concretas» de EE UU para restaurar la confianza cuando Biden realizara dicha llamada.
En un giro inesperado y sin precedentes, el presidente francés retiró la semana pasada a sus embajadores de Washington y Camberra, después de la firma del nuevo acuerdo entre EE UU y Reino Unido con Australia para fabricar submarinos nucleares. Firma que provocó la cancelación del contrato previo con Francia valorado en más de 66.000 millones de dólares y cuya fabricación ya estaba en marcha, desatando la ira y el sentimiento de «traición» del Gobierno francés.
La esperada conversación telefónica entre ambos mandatarios, tras la crisis política desatada, «será un intercambio para aclarar tanto la condiciones en las que ese anuncio tuvo lugar» como las de la vuelta a la relación de aliados que hasta ahora han mantenido Francia y EE UU, confirmó Gabriel Attal, el portavoz del Gobierno francés. Macron también esperaba que Biden le diera explicaciones sobre por qué EE UU «tuvo a un aliado europeo al margen de intercambios estructurales sobre una cooperación en indo-pacífico», aseguró el Elíseo.
La conversación telefónica, solicitada por el líder de EE UU, se centró en la falta de confianza generada que ha llevado a Francia a prescindir de dos de sus embajadas de mayor peso en el exterior, entre otras medidas. La sonada ausencia de Macron en la Asamblea General de Naciones Unidas también se asocia a esta disputa.
En opinión de París, la aclaración de Washington es «necesaria» para alcanzar un nuevo compromiso que aporte «una contribución positiva a las relaciones entre EE UU y sus aliados de la UE», asegura el Elíseo. «Esperamos de nuestros aliados que reconozcan que no se dieron los intercambios y consultas que debería haber habido y que esto plantea una cuestión de confianza de la que nos toca ahora extraer todas las consecuencias», añade.
La oficina de Macron también agregó que el presidente francés esperaba que Biden reconociera que las consultas con sus aliados deberían realizarse antes de tomar decisiones tan trascendentales como la de los submarinos y que EE UU reconozca la necesidad de la soberanía europea.
La Presidencia francesa subrayó también que Macron espera de la conversación con Biden de ayer el compromiso de entablar «un proceso sólido definido en el tiempo y de alto nivel que permita crear las condiciones para un restablecimiento de la confianza mediante actos y medidas concretas y no sólo palabras».
Es decir, «la importancia estratégica de compromiso francés y europeo en el indo-pacífico, el pleno reconocimiento estadounidense de la necesidad de reforzar la soberanía europea, la importancia del compromiso creciente de los europeos en su defensa y seguridad, así como el compromiso común en la lucha contra el terrorismo», concluyó el Elíseo.
La Asamblea de la ONU daba comienzo el martes bajo el contexto de esta crisis política desatada por Francia con Australia, EE UU y Reino Unido, pero con la marcada ausencia del líder francés en Nueva York, autoproclamado campeón del multilateralismo.