Lluvia de críticas por la crisis de los haitianos en la frontera de EE UU
La Administración Biden fleta siete vuelos diarios para deportar a 8.600 migrantes
El río Bravo a su paso por Ciudad Acuña (Coahuila, México) y Del Río (Texas, EE UU) refleja como dos mundos pueden estar separados tan solo por una corriente de agua muy fría que llega hasta las rodillas de los miles de migrantes que persiguen el sueño americano. Unas 8.600 personas, en su mayoría haitianas, esperan su deportación en el campamento improvisado en Texas bajo el puente que une EE UU y México. Las autoridades fronterizas se han visto desbordadas ante la creciente llegada de migrantes desde hace una semana a Del Río, una localidad de 35.000 habitantes al sureste de EE UU muy cerca del Río Bravo. El presidente estadounidense, Joe Biden, ha anunciado un plan para expulsar del país a las más de 13.000 personas recién llegadas a la frontera tras larguísimas travesías. La mayoría son haitianos, pero también viajan salvadoreños, guatemaltecos o cubanos.
El secretario de Seguridad Nacional de EE UU, Alejandro Mayorkas, ordenó una «rápida» investigación de la «innecesaria» violencia de la Patrulla Fronteriza contra los haitianos: «No refleja quienes somos como país», sostuvo sobre la imagen de un agente a caballo agarrando de la camiseta a un migrante mientras le golpea con un látigo.
El Gobierno de EE UU ha pedido a los miles de haitianos que recorren Centroamérica para instalarse en EE UU o Canadá que no emprendan este «peligroso camino». Cerca de 19.000 personas se encuentran varadas en la frontera entre Colombia y Panamá esperando cruzar la peligrosa selva Darién.
Miles de familias están retenidas durmiendo al raso bajo precarias lonas y sufriendo muchas complicaciones para cubrir sus necesidades básicas. Los padres racionan el agua y la comida priorizando la salud de sus hijos. Al otro lado de la frontera, familias y viajeros en solitario esperan su oportunidad para cruzar sin ser interceptados por las patrullas fronterizas. Los migrantes más afortunados han logrado llegar a ciudades cercanas como San Antonio sin ser detenidos por la Policía. Biden ha decidido una deportación masiva pese a que la crisis humanitaria en Haití se ha recrudecido desde el terremoto de 7,1 grados en la escala de Richter el 14 de agosto en el que se lamentaron al menos 2.200 fallecidos y más de 50.000 casas destruidas.
Las esperanzas que Biden despertó en los haitianos horas después del seísmo, al frenar temporalmente sus deportaciones y asegurar que «Haití es un país amigo», se han desvanecido con este plan de expulsión en uno de los peores momentos de la historia reciente de Haití. Clemént Paris espera que «Dios ayude» a sus hijos y sus compatriotas a evitar la deportación. El asesinato del presidente haitiano, Jovenel Moïse, el 7 de julio tampoco ha provocado una política de mayor apertura con los emigrantes del país más pobre de América. No habrá «sueño americano» para los haitianos. Su regreso a la pesadilla parece inevitable.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció el martes que «encarcelarán» a las personas que crucen ilegalmente la frontera: «No es la política de captura y liberación liberación de Biden». El experto en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ignacio Martínez Cortés, explica a LA RAZÓN que «la respuesta de Biden es más trumpiana que la política de Trump», ya que «Trump les hacía esperar en México y Biden programa su expulsión inmediata». Miles de migrantes centroamericanos recorren México de sur a norte para llegar a EE UU o Canadá. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha sido criticado por las ONG debido a que la Policía ha interceptado autobuses de migrantes en Tamaulipas y les ha obligado a continuar a pie. El cura Francisco Gallardo, responsable de la casa de migrantes en Reynosa y Matamoros, mostró su preocupación a «El Sol de Tampico»: «Son 300 ó 400 personas que lo más lógico es que les ofrezcan con qué moverse si van caminando, no que les bajen». Pese al uso de la fuerza por parte de la Policía contra centroamericanos, los republicanos acusan a AMLO de darles vía libre para cruzar México. Tamaulipas es una de las regiones más violentas. Los mexicanos bromean con su peligrosidad al apodarle «Mataulipas».
«La respuesta de Biden es más trumpiana que la política de Trump», explica el experto Ignacio Martínez Cortés