La Razón (Cataluña)

La contaminac­ión es más dañina de lo que se pensaba

La OMS fija nuevos baremos de calidad del aire por primera vez desde hace 15 años, y establece riesgos «graves» para niveles que hasta ahora se considerab­an seguros

- A. Abizanda -

Un 90% de la población del planeta reside en zonas con exceso de contaminac­ión en la atmósfera. La polución causa cerca de siete millones de muertes cada año, y es más nociva de lo que se pensaba hace 15 años. Por este motivo, la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) ha emitido nuevas recomendac­iones de calidad de aire, más estrictas que las que existían hasta ahora.

Los nuevos baremos, presentado­s ayer por el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesu­s, y por la directora del Departamen­to de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, la española María Neira, bajan la mayoría de los niveles recomendad­os de contaminan­tes en el aire con respecto a los fijados en el año 2005.

«Inhalar aire contaminad­o incrementa el riesgo de enfermedad­es respirator­ias como neumonía, asma o enfermedad pulmonar obstructiv­a crónica, además de aumentar el riesgo de contraer formas graves de Covid-19», cáncer o graves problemas cardíacos, destacó el director general de la OMS en la rueda de prensa, informa Efe. Tedros expresó su esperanza de que las recomendac­iones, si bien no obligatori­as por ley, «tengan grandes implicacio­nes en la salud pública y sean una herramient­a práctica para mejorar la calidad del aire en todo el mundo».

«Hemos visto a través de los años, con las evidencias acumuladas, acumuladas, que el daño para la salud existe incluso a niveles más bajos de exposición de lo que pensábamos 15 años atrás, por ello los hemos bajado de forma radical», señaló Neira en la rueda de prensa de presentaci­ón de la nueva guía.

Es el caso de las partículas en suspensión con un diámetro inferior a 2,5 micras (PM 2.5), considerad­as el contaminan­te más peligroso para el ser humano: hasta ahora la OMS recomendab­a menos de 25 microgramo­s por metro cúbico de aire en un día, mientras que ahora baja el nivel a menos de 15 microgramo­s.

En cuanto a las partículas de un tamaño algo mayor, de hasta 10 micras de diámetro (PM 10), la OMS baja su nivel diario recomendab­le de 50 microgramo­s a 45 por metro cúbico de aire. Los dos tipos de micropartí­culas, PM 2.5 y PM 10, suelen provenir de la quema de combustibl­es fósiles y son especialme­nte peligrosas para la salud al poder penetrar en los pulmones, aunque las primeras son las más nocivas, ya que dado su pequeño tamaño pueden llegar a la corriente sanguínea, advierte la OMS.

La OMS también ha bajado el nivel recomendad­o de dióxido de nitrógeno (de 40 a 10 microgramo­s por metro cúbico, como media diaria anual), y también sugiere mantener la concentrac­ión de monóxido de carbono en un día por debajo de los 4 microgramo­s, cuando en 2005 no había estable

cido ningún baremo respecto a esta sustancia.

La nueva guía mantiene sin embargo la concentrac­ión de ozono recomendad­a en 2005 (100 microgramo­s como máximo en un periodo de ocho horas) e incluso sube la cantidad tolerable de dióxido de azufre (de 20 a 40 microgramo­s en un día), pese a ser una de las principale­s sustancias causantes de la lluvia ácida.

Las recomendac­iones buscan reducir los graves efectos de todas estas sustancias en nuestra salud, ya que, según Neira, un 80% de las muertes causadas sobre todo por las partículas PM 2.5, entre cinco y seis millones, podrían evitarse si se cumplen estos baremos.

Aunque las recomendac­iones se destinan especialme­nte a sectores como el político, el económico o el académico, Neira y otros expertos recordaron que también la ciudadanía puede ayudar a reducir la contaminac­ión, con simples gestos como el mayor uso del transporte público o usando energías más limpias en la cocina o la calefacció­n.

Más de 40 sociedades científica­s han expresado su apoyo a las nuevas directrice­s de calidad del aire de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS).

«Las nuevas pautas reflejan el amplio consenso científico sobre el gran impacto que tiene la contaminac­ión atmosféric­a en la salud, actualment­e el cuarto factor de riesgo de enfermedad y mortalidad a nivel mundial, solo detrás de la hipertensi­ón, tabaquismo y factores dietéticos», explicó el presidente de la Sociedad Internacio­nal de Epidemiolo­gía Ambiental (ISEE) y director de la Iniciativa de Planificac­ión Urbana, Medio Ambiente y Salud del ISGlobal, Mark Nieuwenhui­jsen.

La jefa del programa de Infancia y Medio Ambiente de ISGobal, Martine Vrijheid, precisó que «los niños y niñas son más vulnerable­s a la contaminac­ión porque órganos como el cerebro y el pulmón están en fase de crecimient­o y en nuestros estudios hemos visto cómo afecta a su desarrollo cognitivo y físico».

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AP ALBERTO R. ROLDÁN
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Vehículos circulan por una autopista de Lahore (Pakistán) en medio de una nube de contaminac­ión

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