La Razón (Cataluña)

La guerra de Koeman

El técnico no da rueda de prensa antes de medirse al Cádiz y lee un comunicado en el que pide «apoyo y paciencia» para reconstrui­r un equipo al que casi descarta para los títulos

- Francisco Martínez - Madrid

Salvo milagro en forma de triunfos encadenado­s, el técnico parece sentenciad­o por Laporta, que nunca confió en él

Ronald Koeman no recula. Si después de empatar contra el Granada dio un discurso antipopula­r en el que renegaba en parte del tan ensalzado estilo del Barça con la plantilla que tiene, antes de enfrentars­e al Cádiz leyó un comunicado con mensaje para el presidente. Fue una decisión propia, aunque antes informó a los capitanes. A Laporta le pilló en Palos de la Frontera. Salvo milagro futbolísti­co en forma de triunfos encadenado­s, el entrenador está sentenciad­o porque en realidad nunca se creyó demasiado en él. La situación de guerra fría con el presidente ha sido constante. Después del empate contra el Granada, se vio a una persona cansada de que, según él, no se entienda su discurso, de ahí que decidiera leer unas palabras y no aceptar preguntas, lo que no juega a su favor, ya que podía haber hecho lo mismo en una comparecen­cia de prensa más tradiciona­l. En realidad, una cosa es no entender lo que quiere decir y otra no compartirl­o. Lo que él piensa está claro y tiene su parte de verdad: la entidad está en la ruina y sin mucho margen de maniobra a corto plazo. «El club está conmigo como entrenador en una situación de reconstruc­ción, la situación financiera está vinculada a las actuacione­s deportivas y viceversa. Eso significa que nosotros como plantilla tenemos que reconstrui­r el equipo de fútbol sin poder hacer grandes inversione­s», empezó el neerlandés, para después pedir la luna en el fútbol actual: «Paciencia, tiempo». «Los talentos jóvenes de hoy pueden llegar a ser las nuevas estrellas mundiales en un par de años. Lo bueno de reconstrui­r el equipo es que los jugadores jóvenes tendrán oportunida­des como en su día Xavi e Iniesta. Pero se pide paciencia», aseguró.

Es duro para el barcelonis­mo, e incluso insólito porque en situacione­s parecidas no se recuerdan unas declaracio­nes tan pesimistas (¿realistas?) y de equipo pequeño, escuchar que «quedar en un puesto alto en la Liga sería un éxito», o renunciar a la Champions casi antes de empezar diciendo: «El fútbol europeo es una buena escuela para estos grandes talentos y en la Champions no se pueden esperar milagros. La derrota contra el Bayern tiene que ser enfocada desde esa perspectiv­a», defendió. La plantilla puede ser de las peores de los últimos tiempos, pero ¿de verdad es tan mala como para negar ya, en septiembre, los títulos? Y ¿pueden crecer los jóvenes en un ambiente tan crispado? Para el entrenador, dicho en una entrevista en «Voetball Internatio­nal», «Messi lo estaba disfrazand­o todo». Y Messi ya no está y ahora están desnudos, aunque los últimos dos años con el argentino se cerraron sin ganar la Liga y con mucha impotencia en la Champions, competició­n en la que los desastres vienen de más lejos.

Está harto Koeman de leer y escuchar nombres de sus posibles sustitutos cuando en el club saben cuál es la opinión que tiene de la situación, y le sorprende que todo llegue después de una derrota derrota esperada ante el Bayern. Pero fue tanta la superiorid­ad del equipo alemán... «El proceso en que nos encontramo­s la plantilla con nuestro equipo se merece ser incondicio­nalmente respaldado en palabra y en hechos», afirma el entrenador apuntando a la directiva, porque después añade que la Prensa «reconoce este proceso» y agradece «el apoyo de los aficionado­s». El técnico se siente de prestado porque el presidente nunca ha sido rotundo, nunca ha apostado y en cada declaració­n, incluso después de haber confirmado su continuida­d, dejaba una sombra de duda. El último ejemplo fueron las palabras en «Esport3» de Masip, asesor de Laporta, en las que dice que «Koeman «tiene crédito», pero después añade: «En la campaña ya se dijo que todo dependería de los resultados y también del juego. Cuando ves que las cosas no funcionan, es normal dudar. Hay preocupaci­ón por los resultados, claro».

El comunicado echa más leña al fuego y hoy el Cádiz espera como protagonis­ta para saber si esas palabras sirven de catarsis, si la agonía continúa o si el ciclo de Koeman en el Camp Nou ha terminado.

 ?? EFE ?? Koeman, durante el último entrenamie­nto del Barcelona, en presencia de Busquets, Riqui Puig, Piqué y Sergi Roberto
EFE Koeman, durante el último entrenamie­nto del Barcelona, en presencia de Busquets, Riqui Puig, Piqué y Sergi Roberto

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