La guerra de Koeman
El técnico no da rueda de prensa antes de medirse al Cádiz y lee un comunicado en el que pide «apoyo y paciencia» para reconstruir un equipo al que casi descarta para los títulos
Salvo milagro en forma de triunfos encadenados, el técnico parece sentenciado por Laporta, que nunca confió en él
Ronald Koeman no recula. Si después de empatar contra el Granada dio un discurso antipopular en el que renegaba en parte del tan ensalzado estilo del Barça con la plantilla que tiene, antes de enfrentarse al Cádiz leyó un comunicado con mensaje para el presidente. Fue una decisión propia, aunque antes informó a los capitanes. A Laporta le pilló en Palos de la Frontera. Salvo milagro futbolístico en forma de triunfos encadenados, el entrenador está sentenciado porque en realidad nunca se creyó demasiado en él. La situación de guerra fría con el presidente ha sido constante. Después del empate contra el Granada, se vio a una persona cansada de que, según él, no se entienda su discurso, de ahí que decidiera leer unas palabras y no aceptar preguntas, lo que no juega a su favor, ya que podía haber hecho lo mismo en una comparecencia de prensa más tradicional. En realidad, una cosa es no entender lo que quiere decir y otra no compartirlo. Lo que él piensa está claro y tiene su parte de verdad: la entidad está en la ruina y sin mucho margen de maniobra a corto plazo. «El club está conmigo como entrenador en una situación de reconstrucción, la situación financiera está vinculada a las actuaciones deportivas y viceversa. Eso significa que nosotros como plantilla tenemos que reconstruir el equipo de fútbol sin poder hacer grandes inversiones», empezó el neerlandés, para después pedir la luna en el fútbol actual: «Paciencia, tiempo». «Los talentos jóvenes de hoy pueden llegar a ser las nuevas estrellas mundiales en un par de años. Lo bueno de reconstruir el equipo es que los jugadores jóvenes tendrán oportunidades como en su día Xavi e Iniesta. Pero se pide paciencia», aseguró.
Es duro para el barcelonismo, e incluso insólito porque en situaciones parecidas no se recuerdan unas declaraciones tan pesimistas (¿realistas?) y de equipo pequeño, escuchar que «quedar en un puesto alto en la Liga sería un éxito», o renunciar a la Champions casi antes de empezar diciendo: «El fútbol europeo es una buena escuela para estos grandes talentos y en la Champions no se pueden esperar milagros. La derrota contra el Bayern tiene que ser enfocada desde esa perspectiva», defendió. La plantilla puede ser de las peores de los últimos tiempos, pero ¿de verdad es tan mala como para negar ya, en septiembre, los títulos? Y ¿pueden crecer los jóvenes en un ambiente tan crispado? Para el entrenador, dicho en una entrevista en «Voetball International», «Messi lo estaba disfrazando todo». Y Messi ya no está y ahora están desnudos, aunque los últimos dos años con el argentino se cerraron sin ganar la Liga y con mucha impotencia en la Champions, competición en la que los desastres vienen de más lejos.
Está harto Koeman de leer y escuchar nombres de sus posibles sustitutos cuando en el club saben cuál es la opinión que tiene de la situación, y le sorprende que todo llegue después de una derrota derrota esperada ante el Bayern. Pero fue tanta la superioridad del equipo alemán... «El proceso en que nos encontramos la plantilla con nuestro equipo se merece ser incondicionalmente respaldado en palabra y en hechos», afirma el entrenador apuntando a la directiva, porque después añade que la Prensa «reconoce este proceso» y agradece «el apoyo de los aficionados». El técnico se siente de prestado porque el presidente nunca ha sido rotundo, nunca ha apostado y en cada declaración, incluso después de haber confirmado su continuidad, dejaba una sombra de duda. El último ejemplo fueron las palabras en «Esport3» de Masip, asesor de Laporta, en las que dice que «Koeman «tiene crédito», pero después añade: «En la campaña ya se dijo que todo dependería de los resultados y también del juego. Cuando ves que las cosas no funcionan, es normal dudar. Hay preocupación por los resultados, claro».
El comunicado echa más leña al fuego y hoy el Cádiz espera como protagonista para saber si esas palabras sirven de catarsis, si la agonía continúa o si el ciclo de Koeman en el Camp Nou ha terminado.