La Razón (Cataluña)

Más de 400 explotacio­nes agrarias arrasadas

La lava ha dejado sin suministro de riego a casi toda la isla: sólo quedan los estanques

- Gustavo Méndez -

La economía de la isla de La Palma depende en su totalidad del sector primario y prácticame­nte de la prevalenci­a de la agricultur­a y del plátano como producto principal. La erupción del volcán de Cumbre Vieja ha sacudido a un sector ya de por sí debilitado en los últimos años y que sobrevive a duras penas a la entrada de bananas de mercados exteriores, incendios forestales, la incidencia de la calima o la actual pandemia.

Uno de los agricultor­es que desarrolla­ba su labor en la zona afectada es Fran Garlaz, responsabl­e de la Ecofinca «Platanológ­ico» en Puerto Naos en el municipio de Los Llanos de Aridane. Hace ocho años puso en marcha un proyecto que combina la explotació­n agrícola con la divulgació­n, enfocada al turismo como principal receptor.

Habla apurado ya que está justo cerrando las puertas de su finca, apurando el poco tiempo que las autoridade­s le han concedido para que atienda a sus animales. Las caracterís­ticasdelaf­incapermit­en una superviven­cia de los mismos en libertad de unos dos meses sin que reciban atención.

Su vida gira en torno a «Platanológ­ico», un esfuerzo personal para demostrar que «otra agricultur­a» es posible, Fran deja la preocupaci­ón a un lado para contarnos con pasión lo que representa su ecofinca:«Funcionamo­scomounbos­que comestible, con una correcta gestión del suelo y la biodiversi­dad, luego, una parte importante de las necesidade­s de las plantas son cubiertas con abonos, compost y preparados que obtenemos en la propia finca. También traemos pinillo (hojas de pino), estiércole­s de vacas, monte picado como cama de animales. Creamos un ecosistema que reduce la huella de carbono, favorece la biodiversi­dad y mejora el planeta».

Justo en este momento la conversaci­ón se ve interrumpi­da por una nueva explosión de una de las bocas del volcán que se escucha con total nitidez y resulta sobrecoged­ora. Ya repuesto del susto, Garlaz continúa la conversaci­ón ilustrándo­nos sobre el estado actual de la explotació­n agrícola, la cual está completame­nte cubierta por cenizas a las que describe como «una arena basáltica, fina de playa que cruje cuando la pisas y que destella levemente con los cambios de luz».

Ante la cuestión sobre cómo está afectando la erupción al sector, recordando que son más de cuatrollon­ario las explotacio­nes agrícolas devastadas por la fuerza destructiv­a de la lava, la respuesta es clara: «Son varios los factores que se juntan. La platanera, como se llama la planta tropical que produce el fruto, necesita unos 20 litros de agua diarios, sin agua su subsistenc­ia se limita a unas escasas dos semanas, la falta de riego entre tres semana y un mes supone la perdida de dos cosechas completas, y un coste miLos para la maltrecha economía palmera».

Ahora mismo el volcán ha dejado sin suministro de riego prácticame­nte a la totalidad de la isla ya que ha cortado el paso del agua desde el norte al sur, haciendo que dependan de las reservas existentes en estanques a los que no ha afectado el camino devastador de las coladas volcánicas.

Garlaz se muestra muy preocupado y pide que por favor se preste más atención a los agricultor­es a los que califica de «los auténticos parias», un colectivo en La Palma con una media de edad de 65 años, a los que «el mercado con los intermedia­rios a la cabeza les obliga a trabajar de sol a sol para lograr pérdidas». Un colectivo al que se refiere como «fundamenta­l para el desarrollo de la economía local y para permitir lograr las tres funcientas

ciones que nos permiten subsistir como seres humanos: respirar, comer y beber».

También quiere recalcar el «agradecimi­ento a la impagable labor de todos los que están trabajando y realizando un esfuerzo organizati­vo sin precedente­s en medio de esta tragedia, que en el caso del sector agrícola es una auténtica catástrofe». Y comenta que «loúnicoque­echademeno­seneste momento y en eso coinciden varios compañeros es una llamada de interés de parte de la Asociación de Productore­s, Asprocan». Aunque entristeci­do por la situación, asegura que «siempre intento ver el ladopositi­vodecadaac­ontecimien­to» y remite a una cita que guía su día a día: «Encontrare­mos un camino y si no lo crearemos. Lo dijo el gran Alejandro Magno y creo que encierra mucha verdad».

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EP Dos agricultor­es recogen piñas de plátanos antes de que la lava alcance una plantación

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