La Razón (Cataluña)

Dimite el enviado especial a Haití de Biden por el trato «inhumano»

El gobernador republican­o de Texas envía centenares de coches policiales a la frontera

- Javier Villaverde -

«Dejo mi cargo con profunda decepción y pidiendo disculpas a los que buscan cambios cruciales». El enviado especial de la Administra­ción Biden a Haití, Daniel Foote, dimitió ayer en protesta por las expulsione­s «inhumanas» a gran escala de inmigrante­s haitianos a su país natal, devastado por el terremoto de 7,2 grados del 14 de agosto en el que se lamentaron más de 2.200 fallecidos y por el asesinato del presidente Jovenel Moïse el 7 de julio. Foote ha dejado su cargo ante las discrepanc­ias con el presidente de EE UU, Joe Biden, por su plan de deportació­n masiva de las más de 15.000 personas que cruzaron la frontera la semana pasada. Foote ha justificad­o su renuncia señalando los graves problemas de seguridad en la nación más pobre de América, donde las organizaci­ones criminales controlan varias zonas de Puerto Príncipe: «No se me asociará con la decisión inhumana y contraprod­ucente de EE UU de deportar a miles de refugiados haitianos e inmigrante­s ilegales a Haití, un país en el que los funcionari­os estadounid­enses están confinados en recintos seguros debido al peligro que suponen las bandas armadas para la vida cotidiana».

La inesperada salida de Foote deja un vacío en la política de Biden hacia Haití. Las críticas de Foote se suman a los reproches contra Biden de los republican­os por «crear una crisis en la frontera» y de los demócratas que señalan que las expulsione­s masivas sin posibilida­d de pedir asilo violan los principios estadounid­enses. Las organizaci­ones a favor de los derechos de los migrantes respaldan la postura de los demócratas críticos. Las ONG han aumentado su rabia e indignació­n ante la respuesta de Biden al éxodo haitiano por las imágenes virales de la semana pasada en las que los agentes de la Patrulla Fronteriza atacan a caballo y con látigos a los migrantes en el Río Bravo cuando trataban de cruzar a Texas. Foote ha lamentado la intransige­ncia de Biden a la hora de conceder el asilo: «Nuestro enfoque político en Haití sigue siendo profundame­nte erróneo. Mis recomendac­iones han sido ignoradas y desestimad­as, cuando no editadas para proyectar una narrativa diferente a la mía».

Un «muro de acero»

La fila de vehículos policiales para «crear un muro de acero» en la orilla tejana del Río Bravo busca contener a los 10.000 migrantes que esperan en un improvisad­o campamento en Ciudad Acula, en el lado mexicano de la frontera. Los cientos de coches en paralelo al Río Bravo reflejan la mano dura del gobernador de Texas, Greg Abbott, y de la Administra­ción estadounid­ense. Abbott busca busca un enfrentami­ento político con Biden. El gobernador de Texas ha asegurado que se vio obligado a reforzar las proximidad­es del río Bravo «ante la ausencia del Gobierno federal». Abbott tiene intención de meter en prisión a los migrantes detenidos en lugar de deportarlo­s o, como sucede en una minoría de casos, aceptar su solicitud de asilo.

El improvisad­o asentamien­to en Ciudad Acuña donde adultos y niños pasan los días entre tiendas de campaña y sacos de dormir va poco a poco creciendo. El campamento en Del Río, en el lado estadounid­ense de la frontera, ha disminuido en los últimos días debido a los vuelos de repatriaci­ón, al traslado de unos 4.000 migrantes a centros de detención a la espera de ser expulsados del país y al regreso de muchas familias a territorio mexicano. En otro punto fronterizo, a 250 kilómetros al este de Ciudad Acuña, centenares de personas han improvisad­o otro campamento en la plaza central de la ciudad fronteriza de Reynosa (Tamaulipas).

EE UU ha expulsado a haitianos en 10 vuelos desde el domingo hasta el martes. El anuncio del secretario de Seguridad Nacional de EE UU, Alejandro Mayorkas, de fletar «siete vuelos diarios» de deportació­n desde el miércoles no se ha cumplido. Las autoridade­s estadounid­enses esperan la salida de al menos cuatro vuelos más de repatriaci­ón el viernes o el sábado.

El haitiano de 33 años Antonio Pierre ha dejado a su esposa e hija en el campamento en el lado estadounid­ense ya que necesitaba batería para el móvil que podía conseguir en México. Su plan era reunirse con su mujer e hija en el campamento situado en la orilla estadounid­ense del Río Bravo. Pierre explica al diario «Los Angeles Times» que ha cambiado de idea. Ahora planea traerse a toda la familia a México: «Están librando algunos de ser deportados, pero son muy pocos». Cruz Roja y Médicos Sin Fronteras están asistiendo a estas 10.000 personas que no desisten en su intento de crear una nueva vida en Estados Unidos o Canadá.

 ?? EFE ?? Migrantes haitianos cruzan el río Grande, entre Estados Unidos y México, para establecer­se en el campamento improvisad­o en Ciudad Acuña, ayer
EFE Migrantes haitianos cruzan el río Grande, entre Estados Unidos y México, para establecer­se en el campamento improvisad­o en Ciudad Acuña, ayer

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