El extranjero de los afectos
Dirección y guión: Lili Horvát. Intérpretes: Natasa Stork, Viktor Bodó, Benett Vilmányi, Zsolt Nagy, Péter Tóth, Andor Lukáts, Attila Mokos. Hungría, 2020. Duración: 95 minutos. Drama.
El título no puede resultar más literal, y a la vez es la muestra de todo lo que la literalidad oculta, a sabiendas de que el deseo y el «amour fou» siempre andan un paso más allá de la realidad. Lo que parece una cita romántica a los pies del Puente de la Libertad de Budapest acabará siendo el punto de partida de una reflexión sobre el amor como pérdida de la identidad, y como búsqueda, a la vez premeditada y desesperada, de la creación de un deseo especular en el otro, como si el deseo fuera la culminación de una sofisticada puesta en escena, una ficción sublimada en la que el objeto amoroso debe aprender a participar después de ser sombra elusiva. Estamos en el territorio del mejor Kieslowski: en los ojos fríos e inquisitivos de esta neurocirujana (excelente Natasa Stork) que vuelve a su país como quien se instala en el extranjero de los afectos, está la obsesión voyeurística, demiúrgica, de los protagonistas de «No amarás», «Blanco» o «Rojo». Toda la película está organizada a través de espacios y barreras que potencian una mirada furtiva, provisional pero categórica, sobre el amor como manifestación pura de una fantasía que tememos convertir en realidad. La explicitud del título del filme podría lucir en la portada de un voluminoso manual de instrucciones, como si el amor fuera algo científico, tecnológico, exclusivamente cerebral. No es casual, pues, que los dos protagonistas del filme sean neurocirujanos, y que su objeto de estudio sea el cerebro, repararlo y sanarlo. «El cerebro es como una ciudad con diferentes barrios», dice el objeto amado de Marta. Budapest se transforma, en efecto, en un cerebro, por cuyos meandros una mujer y un hombre buscan una forma de salir del laberinto de las suposiciones para derretirse en otro lugar quizá más peligroso, que es el del misterio. Bienvenidas sean las películas misteriosas que renuncian a explicar la psicología de sus personajes, siempre alerta a sus instintos.