La Razón (Cataluña)

Un nuevo embrollo para Luxemburgo y Bruselas

El Tribunal europeo deberá decidir si el expresiden­t recupera la inmunidad

- POR MIRENTXU ARROQUI BRUSELAS

Todas las miradas vuelven a centrarse en el Tribunal de Justicia de la UE y el resto de las institucio­nes comunitari­as que están, una vez más, ante una difícil papeleta. A pesar de que la figura de Carles Puigdemont está en declive y el interés que suscitaba en los medios europeos era cada vez menor, su detención en Cerdeña (Italia) le ha hecho volver acaparar todos los focos y ocupar las portadas.

En este nuevo capítulo se entremezcl­an aspectos jurídicos y políticos y nadie duda de que el independen­tismo ha visto en este embrollo judicial una nueva oportunida­d de minar la credibilid­ad de la Justicia española y resucitar la figura de Puigdemont y la causa del «procés». Una voltereta del tribunal con sede en Luxemburgo o de la Justicia italiana se convertirá en una nueva arma propagandí­stica. Volverá el ruido.

Como muestra, los portavoces europeos se vieron ayer obligados a valorar el caso ante la pregunta de un periodista italiano, si bien la respuesta sigue siendo el respeto a la Justicia española. Nada ha cambiado. Cuando el expresiden­t huyó a Bélgica, el presidente del Ejecutivo comunitari­o era el conservado­r Jean Claude Juncker, mientras que ahora es la alemana, también del PP Europeo, Ursula Von der Leyen, quién no ha variado un ápice la doctrina vigente. Para Bruselas Bruselas es un asunto interno español y la Comisión ni quiere ni puede mediar, a pesar de los intentos denodados del independen­tismo.

Pero una vez más la credibilid­ad de la Justicia española puede verse empañada y que esto acabe erosionand­o, poco a poco, la imagen del Estado español tras los reveses vividos en Bélgica y Alemania. Los abogados de la defensa aseguran que España mintió en julio al Tribunal General de la UE sobre la vigencia de las euroórdene­s, lo que llevó a la corte europea a retirar el día 31 la inmunidad parlamenta­ria del ex president, al considerar que no existía un peligro real de que Puigdemont pudiera ser detenido. Fueron los letrados del expresiden­t los que habían pedido aclarar la situación, ya que temían que, con el fin progresivo de las restriccio­nes derivadas de la pandemia, pudiera ser arrestado en uno de sus viajes a la sede de la Eurocámara en Estrasburg­o (Francia) . «El Tribunal General de la UE se va a sentir engañado si no se siente ya», aseguró ayer el letrado de Puigdemont, Gonzalo Boye, mientras intentaba también emponzoñar las relaciones entre Italia y España. «Alguien ha engañado a la Policía italiana, porque la semana pasada a Puigdemont no le detuvieron en otros lugares», explicó. Una alusión que también suscita dudas sobre el funcionami­ento del propio sistema europeo de alertas Schengen, que no alertó sobre la presencia de Puigdemont en Francia, a pesar de que no era un viaje a la sede del Parlamento Europeo en Estrasburg­o. La Justicia española alega que sólo en estos trayectos Puigdemont está protegido por su condición de eurodiputa­do.

El abogado calcula que el tribunal de Luxemburgo se pronunciar­á entre 24 y 72 horas después de que la corte reciba la petición de medidas cautelarís­imas para que mantenga su inmunidad. Si sus cálculos resultan ciertos, puede que el fallo se conozca el lunes como muy tarde.

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