La Razón (Cataluña)

Verónica Blume , la top que dejó la moda por el yoga

La supermodel­o de los 90 confiesa que «nunca me ha llenado el mundo de la moda»

- POR NOELIA ZAZO

Es imposible nombrar a Verónica Blume y no pensar en glamour, en focos, pasarelas, grandes diseñadore­s y una vida de ensueño. Sin embargo, casi 20 años después de abandonar su carrera como maniquí, Blume nos desvela que ni era oro todo lo que relucía, ni ella fue capaz de disfrutar de la oportunida­d que le dio la vida.

La alemana comenzó a desfilar con 15 años y después de diez desfilando lo dejó y cambió el culto al cuerpo por un trabajo más espiritual, «el yoga entró en mi vida y poco a poco empecé a priorizar cada vez más mi lado de profesora y menos el mundo de la moda, que por un lado nunca me ha llenado personalme­nte» afirma.

Vivió un momento glorioso, pero no era feliz con esa vida, «yo no quería esa vida que todo el mundo cree que es maravillos­a y fantástica de viajar todo el tiempo y estar en todas partes. Me convertí en mamá y quería estar con mi hijo, que era lo mejor que tenía, me tocaba aterrizar». Sin embargo, reconoce que la inmensa suerte que tuvo, «viví un momentazo en el que las modelos pasaron a tener un nombre y un apellido, era el «boom» de las supermodel­os, pero no se sabía nada de nuestra vida, fue un momento divertido. Esa burbuja y esa fantasía modélica creaba mucha magia, eso ahora no es posible».

De hecho, aún guarda relación con algunas de sus compañeras, «me llevo muy bien con Martina (Klein), también con Nieves. Cuando nos reunimos es siempre muy bonito porque nos conocimos como amigas y hemos crecido muy en paralelo». A pesar de sus buenas experienci­as cree que ahora los jóvenes lo tienen mucho más complicad: «Hay unos cánones menos definidos y eso me alegra. Pero en general me parece durísima la manera que hay hoy en día de valorarnos y relacionar­nos, sobre todo para los jóvenes que están descubrién­dose a través de cuántos seguidores tienen en Instagram o qué super filtro van a utilizar para cambiarse, adaptarse o modificars­e. Me parece un reto súper difícil crecer y hacerse en un mundo así».

Energía positiva

No reniega de sus orígenes, pero habla del mundo de la moda en pasado, desde hace veinte años su vida es otra y ahora está disfrutand­o de un gran momento personal, «estoy muy tranquila. Cerré mi centro de Yoga, ‘The Garage’’, justo antes del confinamie­nto y me dediqué a escribir mi libro, ‘‘Ser’’, y di muchas clases en abierto a través de Instagram que fueron muy bonitas, porque ahí descubrí algo que no había descubiert­o nunca y es que el formato online tiene un aspecto muy bonito en el que, aunque no podamos estar presentes, tener a mucha gente practicand­o al mismo tiempo genera una energía colectiva muy positiva».

Verónica Blume es el ejemplo perfecto de la reinvenció­n, de darse a uno mismo segundas oportunida­des y de creer que aquello que nos apasiona puede ser nuestro medio de vida.

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INSTAGRAM La alemana vivió en los 90 el «boom» de las supermodel­os

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