El cantante R. Kelly vuelve a prisión por tráfico sexual
Nueve mujeres y dos hombres relataron en el juicio cómo les sometió a vejaciones, abusos y actos violentos
ConCon el semblante firme y sin apenas inmutarse. Así recibió el cantante de R&B (Rhythm & Blues) Robert Sylvester Kelly la sentencia que le condena a varias décadas en prisión. Tantas, que podría pasar el resto de su vida entre rejas.
Esta semana, un jurado de Nueva York le declaraba culpable de tráfico sexual y crimen organizado. No es la primera vez que al cantante, de 54 años, conocido como R. Kelly, tiene problemas con la Justicia. En 2002, fue acusado de aparecer en un vídeo manteniendo relaciones sexuales con una menor, pero quedó absuelto; en 2008 fue detenido y acusado de pornografía infantil y de obstrucción a la justicia, quedando en libertad bajo una fianza de 100.000 dólares y siendo absuelto de nuevo; en 2019 un juez de Chicago ordenó su detención bajo cargos criminales y, aunque tras cuatro meses en prisión fue puesto en libertad bajo fianza, el caso sigue a la espera de juicio.
Esta vez, en un proceso judicial que ha durado seis semanas, la Fiscalía del Distrito de Nueva York ha declarado que el cantante era el cabecilla de una red de tráfico sexual a lo largo de Estados Unidos que extorsionaba tanto a mujeres adultas como a niñas. Una trama en la que también estaban implicados gerentes de su empresa, su personal de seguridad y distintas personas de su séquito. Entre las muchas acusaciones, ha salido a la luz cómo en 1994 R. Kelly falsificó documentos para poder casarse con la cantante, actriz y modelo Aaliyah cuando esta contaba tan solo con 15 años. El álbum debut de la artista (que murió en un accidente aéreo en 2001) fue escrito y producido por el propio Kelly.
Durante el juicio, la acusación interrogó a nueve mujeres y dos hombres que relataron cómo el conocido artista les sometió a vejaciones, abusos sexuales y actos violentos a través de un patrón parecido: todo empezaba con una actitud carismática hacia las víctimas, que solían ser mujeres jóvenes que acudían a sus conciertos, a las que embaucaba en los camerinos y de las que terminaba abusando sexualmente. De los testimonios también se desprendieron detalles que revelaron que el cantante empleaba de forma asidua la fuerza física y las amenazas verbales para someterlas y controlar su manera de vestir o su libertad de movimientos, y es que muchas veces las retenían en los hoteles en los que se quedaba cuando estaba de gira. «Es el peor depredador que me he encontrado en mis 47 años de carrera profesional», declaró Gloria Allred, abogada de varias víctimas, en la rueda de prensa que tuvo lugar a las puertas de los tribunales después de hacerse pública la sentencia.
Muchos de los cargos que se han expuesto en este juicio salieron a la luz en 2019 a raíz del documental «Sobreviviendo a R. Kelly», de Netflix, en el que varias mujeres relatan cómo fueron sometidas a los abusos sexuales, humillaciones y violencia física y verbal del que llegó a ser una de las figuras más representativas del R&B en los años noventa del siglo pasado, famoso por canciones como «I believe I can fly». Por su parte, uno de los abogados del cantante en el caso de Nueva York, Deveraux Cannick, ha afirmado que apelarán como se esperaba el fallo judicial.