El sector ganadero y el papel de la mujer como solución a la España vaciada
Provacuno celebró ayer el foro «La mujer empresaria en la España rural»
Provacuno celebró ayer el foro «La mujer empresaria en la España rural», en el que el efecto del vacuno en el cambio climático, la internalización del producto ganadero y las repercusiones de la despoblación en la España rural fueron las principales cuestiones a debate.
Este acto contó con la presencia de expertas ganaderas con gran relevancia en la España rural, como Marta García Martínez, empresaria y propietaria de la ganadería
Val de Mazo, junto con su pareja y distinguida por el Ministerio de Agricultura en los premios de excelencia a la mujer rural; y Esperanza Díaz García, directora general de Murgaca, empresa líder española en exportación de carne de ovino. Además, el acto contó con la intervención de Rosa Díaz, directora general de Sigma Dos y Ana Núñez, directora de Yo Dona.
Una de las principales cuestiones que salieron a debate fue cómo afetca el ganado vacuno a la biodiversidad de los montes. La encuesta realizada por Sigma Dos dejó ver que la sociedad española opina que el ganado ayuda en un 7,6/10 a la conservación del medio ambiente. «Los ganaderos hacemos una labor medioambiental y evitamos de manera natural los incendios, a través de nuestro ganado», explicó Marta García.
Asimismo, el despoblamiento en la España rural es un hecho que afecta día a día a estas zonas. García afirmó que es «indiscutible» que el sector primario «fija la población» y que el papel de la mujer y el hombre son clave para evitar este problema. «Cantabria, Asturias, Galicia y País Vasco son un matriarcado. El 50% de las ganaderías de Cantabria son de titularidad femenina», aseveró Marta García.
Por último, para evitar este problema que afecta a la España rural y se conozca el trabajo de los ganaderos, Esperanza Díaz explicó la necesidad de «apostar» por una internalización para que el producto ganadero pueda llegar a otros países fuera de España y «sea valorado por su trabajo». Asimismo, para no caer en estereotipos, hace falta conocimiento y ofrecer «pedagogía a los jóvenes» para no tomar decisiones desde el desconocimiento. «Si el campo no produce, la ciudad no come», sentenciaba García.