Alaitz Leceaga, tras los enigmas del Cantábrico
La autora, Premio Fernando Lara por «Hasta donde termina el mar», presenta su obra en el pueblo de Ea, donde transcurre
La intriga y el misterio son dos aspectos inherentes al océano. Mitos, humedad, leyendas y grandiosidad le dotan a la mar de un carácter tan inabarcable como atractivo. Y es esa fuerza de la naturaleza, ese enclave de personas que viven y mueren en el agua, lo que Alaitz Leceaga transmite en la novela que le ha hecho merecedora del Premio Fernando Lara 2021: «Hasta donde termina el mar» (Planeta). Ayer, mientras el libro aterrizaba en las librerías, Leceaga introdujo a una serie de periodistas en las callejuelas, acantilados, rías y tabernas vizcaínas que se reflejan en su historia. Entre el faro de Santa Catalina, el pueblo de Ea y la fiereza de las olas surfeadas del Cantábrico, la escritora explicaba el arranque de la novela: «Una galerna es un temporal repentino, súbito, que se forma en altamar. Es uno de los fenómenos más temidos, porque es muy complicado de preveer y todavía hoy asusta a los marineros». En 1878 tuvo lugar una de tal envergadura que a aquel día 20 de abril se le conoce como «sábado de gloria». «Cuando leí un artículo de ese hecho real me impresionó muchísimo y empecé a pensar en el impacto que la tragedia tendría tendría en la vida de otras personas», apunta Leceaga.
Y en torno a esa idea comenzó a forjar una novela cuya protagonista es una joven misteriosa que aparece en la playa tras una tremenda galerna. Si bien la obra se ambienta a principios de 1900, la autora defiende que, durante la fase de documentación previa a la escritura, descubrió hasta qué punto esos hechos continúan vigentes: «Recuerdo charlar con algunas personas y saber que dichas tempestades viven en sus recuerdos es algo que me era interesante de mostrar, comprender que una leyenda se forma a través de un hecho real», asegura.
Monstruos marinos
Y todo ello, sin perder las licencias de la imaginación: «Desde el principio me cautivó la idea de acercarme más al misterio», confiesa, lo cual «supuso planear y escribir una historia de suspense, pero siempre manteniendo mi estilo». En la obra, además de vientos fríos y naufragios, está muy presente el misterio. «Los pueblos costeros de la zona, por su cercanía y su relación con el mar, son ricos en su propia mitología, por eso el imaginario colectivo tiene un gran protagonismo en esta novela: sirenas, lamias o monstruos marinos recorren las páginas». Y, para conseguir ese ambiente especial «he querido hacer un homenaje a todos esos grandes clásicos que como lectora empiezas amando y después como escritora quieres reflejar en la historia». Se refiere a las hermanas Brontë, a Zafón y a Poe, grandes autores a los cuales evoca a través del suspense, la atmósfera, los giros argumentales, el desafío a la naturaleza y la potencia psicológica de los personajes.