La reprobación de Colau se vuelve contra ERC y Junts
La década de disturbios independentistas pesó más que los altercados de la Mercè el pasado fin de semana
Diez años lleva el independentismo echado a las calles, diez años en los que se ha visto arder Barcelona con demasiada asiduidad, en los que se ha apedreado policías y en los que se ha escuchado a un presidente de la Generalitat decirle a esos mismos manifestantes que «apreten». Por todo ello, la petición de reprobación, por parte de ERC y Junts, de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tras los incidentes del pasado fin de semana no solo cayó ayer en saco roto sino que se volvió en contra de los propios sobernistas. Como reza el refranero español, no se puede estar en misa y repicando.
La alcaldesa, por lo tanto, se salvó de una reprobación en el pleno extraordinario celebrado esta tarde con motivo de los botellones y disturbios que se vivieron en la capital catalana durante las fiestas de la Mercè. La abstención de Ciudadanos, PP y Barcelona pel Canvi hizo naufragar a los independentistas. Los dos socios de gobierno (BComú y PSC) votaron en contra y dejaron la votación en 15 a 18 .
Lo cierto es que el debate, además, se acabó girando contra los propios independentistas hasta el punto de ser ellos los, de alguna manera, reprobados. No en vano, el resto de formaciones denunciaron la doble moral exhibida, en la que unos disturbios, a conveniencia, no son tan malos como los otros, cuando, además, controlan a los Mossos desde el otro lado de la plaza Sant Jaume. En un turno final, la alcaldesa apunto que que «la ciudadanía está cansada de luchas partidistas» e hizo un ofrecimiento a trabajar para resolver «un tema complejo» como lo son las botellones, que, añadió, pasa a muchas otras ciudades.
Desde ERC, su portavoz, Jordi Coronas, aseguró que el dispositivo policial de la Mercè «diseñado por el gobierno municipa»” fracasó y recriminó a Colau que centrifugue las culpas. «Barcelona se les escapa de las manos», espetó. La líder de Junts, Elsa Artadi, a su vez, dijo que la alcaldesa ha dimitido de sus funciones y le ha pedido responsabilidades por lo que pasó durante dos noches de disturbios: «Si no quieren asumir responsabilidades, marchen».El teniente de alcalde de Cultura, Jordi Martí, reprochó a ERC y Junts el sentido de la reprobación: «Erosionar y culpar al gobierno es politiquería». Martí aseguró que no le ha sorprendido el tono de Junts, a quien ve como «la oposición en Barcelona y al gobierno de la Generalitat», pero, en cambio, lamentó que ERC haya apoyado la reprobación. A su vez, el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, señaló que los botellones no se resolverán en cuatro días y reclamó «unidad política e institucional». Batlle defendió nuevamente la convocatoria de una mesa ciudadana para abordar el fenómeno.
No obstante, tras los alegatos de ERC y Junts, vieron como el resto de formaciones lanzaban sus críticas hacia los partidos independentistas en lugar de contra la propia alcaldesa. El popular Josep Bou ha señalado que los grupos independentistas «son responsables directos» de lo que pasó las noches de la Merced, y criticó también el discurso del gobierno municipal de «en Barcelona se puede hacer de todo».
Desde Ciudadanos, Luz Guilarte fue crítica con la política de seguridad del gobierno municipal, pero ha cargado también contra ERC y Junts por «querer blanquear» de un problema del que «también son responsables» como gobierno de la Generalitat. La nueva líder de Barcelona por el Cambio, Eva Parera, también ha cargado contra ERC y Junts, de quien ha dicho que son «los responsables de la mayor violencia en la historia democrática del Parlamento». «Dicen no a los botellones pero sí a quemar contenedores», espetó. La concejala no adscrita, Marilén Barceló, ha dicho que el dispositivo policial de la Mercè no funcionó y reclamó «ley y orden» en las calles de Barcelona.
El intento de reprobación independentista se topa con los reproches y la abstención del resto de la oposición municipal
Colau se limitó a señalar que la ciudadanía está cansada de «luchas partidistas» y obvió a los soberanistas