«Bella y el circo mágico»
Este es el primer largometraje de animación que el productor noruego Frank Mosvold codirige junto al realizador Atle Blakseth, pese a que ya trabajaron juntos por primera vez en la cinta «Bendik and the Monster», donde Blakseth era el director de animación y Mosvold, del filme. Mosvold quedó tan impresionado por el trabajo de Blakseth que le eligió como compañero de dirección en «Bella y el circo mágico». Una película que llega hoy a las salas y nos reconecta con la parte más candorosa e inocente de la niñez narra las andanzas de Bella, una niña pizpireta y locuaz que está organizando un circo para su mejor amigo, Henry, en vista de que nunca antes ha estado en uno. Su emoción alcanza cotas insospechadas por momentos y su principal cometido es ser la atracción principal de la iniciativa con un fantástico truco de magia: hará desaparecer desaparecer a Henry. Sin embargo, pronto irrumpe una figura que modificará ligeramente el propósito de Bella: el mismo día de la celebración del circo un chico que se hace llamar Johnny y posee ademanes de «guay» y actitud chulesca, se muda al vecindario y propone una idea nueva para el espectáculo: hacer un truco en bicicleta junto con Henry. Ante la novedad que supone la presencia de Johnny, Henry se muestra asombrado por el chico mientras que de forma paralela Bella siente que está perdiendo progresivamente a su mejor amigo. Cansada de esperar un comportamiento que la obligue a cambiar de idea, la pequeña obliga a Henry a elegir entre Johnny o ella y este, abrumado, sale corriendo y desaparece.Johny y Bella emprenderán entonces un emocionante viaje en su búsqueda que les llevará a descubrir la auténtica amistad.