La primaria languidece sepultada por la burocracia

LaLa atención primaria languidece víctima de la reforma que iba a convertirla en puerta de entrada al sistema sanitario. Años después del diseño del modelo, el llamado primer nivel asistencial se encuentra sumido en la burocracia, con médicos y enfermeras sepultados en el papeleo de citaciones, tramitación de partes de incapacidad temporal y prescripciones de medicamentos. Las medidas de control del gasto han cercenado, además, la autonomía de los profesionales hasta límites insospechados. El control de las bajas laborales por los inspectores, las limitaciones a la hora de recetar determinados medicamentos que han impuesto los servicios de salud mediante programas informáticos, el bajo poder de resolución otorgado para practicar, por ejemplo, cirugía menor, y otras cortapisas han convertido el ejercicio en un automatismo capaz de cercenar la mejor de las vocaciones. Los bajos salarios, los cupos crecientes y la crisis generada por la Covid han terminado de romper el modelo y de convertirlo justo en lo contrario de lo que se pretendía. Un reflejo de ello es la baja preferencia que muestran los mejores residentes por especializarse en Medicina de Familia, convirtiéndola en una de sus últimas elecciones. Consciente de ello, la ministra Carolina Darias ha celebrado esta semana un encuentro de alto nivel con los consejeros autonómicos para identificar los errores y trazar una estrategia de futuro. La idea ha sido buena y sería una pena que quedara en una mera foto para la galería. Hacer coincidir la cita con el congreso de una de las principales sociedades científicas de este nivel, Semergen, ha sido, en cambio, un error mayúsculo sin sentido alguno.