“El estrabismo tiene una serie de mecanismos adaptativos que también hay que tratar”
“El estrabismo puede ser una respuesta a una mala visión de uno de los ojos como una catarata congénita, un ojo vago o un defecto refractivo elevado”
“Se calcula que más del 5% de la población infantil tiene algún problema oftalmológico que debe ser tratado en la infancia”
Las pantallas, aliadas pandémicas en esas largas horas de confinamiento que se han quedado con nosotros y con nuestros hijos. Y así como los efectos más evidentes de la COVID-19 siguen llenando titulares, no lo hacen tanto afecciones derivadas de ella como son los problemas visuales, especialmente entre los más pequeños. Hoy conversamos con los doctores José Mª Rodríguez Sánchez y José Mª Rodríguez del Valle, oftalmólogos y directores de Clínica Dr. Rodríguez.
¿Han visto ustedes algún problema visual en los niños derivado de la pandemia o el confinamiento?
La pandemia ha supuesto bastantes cambios en los hábitos visuales. Los niños pasan más tiempo delante de pantallas, abusando de la visión cercana y han salido menos a la calle. Esos factores condicionan un aumento del riesgo de desarrollar miopía, problemas acomodativos (dificultad para enfocar/desenfocar de cerca y lejos, astenopía asociado a dolores de cabeza) y sequedad ocular. De hecho, el síndrome de fatiga visual contempla los problemas derivados del enfoque sumado a la sequedad ocular, que todos los que usamos pantallas en algún momento hemos sufrido.
En su clínica son expertos en problemas de la motilidad ocular, ¿cuáles son los más comunes que tratan?
El más conocido es el estrabismo o pérdida del paralelismo ocular. El estrabismo tiene una serie de mecanismos adaptativos que también hay que tratar. El primero de ellos es la ambliopía o mal desarrollo visual que viene de la supresión del ojo desviado. Otro de ellos es el tortícolis, o posición anómala de la cabeza y que busca de manera inconsciente obtener algún beneficio visual. El tercero es la pérdida de la visión binocular, capacidad que consiste en el uso simultáneo de los dos ojos para conseguir la fusión de las imágenes de los dos ojos y formar una imagen tridimensional.
Si el estrabismo aparece en la edad adulta, el paciente se va a quejar de diplopía o visión doble que es posible solucionar en muchos casos.
Los defectos de graduación, no son problemas de motilidad propiamente dichos, pero son importantes porque se relacionan con el ojo vago y el estrabismo.
Otro de los problemas de motilidad ocular bastante menos conocido es el nistagmo ocular congénito, que es otra causa menos frecuente de mal desarrollo visual.
Aunque se conoce que existe una predisposición familiar para el desarrollo de estrabismo ¿qué otros factores pueden provocar su aparición?
Los movimientos de los ojos tienen un director de orquesta que es el cerebro. Cualquier factor que afecte al cerebro o a la imagen que reciben los ojos puede provocarlo. Por este motivo, el estrabismo es más frecuente en niños prematuros y enfermedades congénitas.
También el estrabismo puede ser una respuesta a una mala visión de uno de los ojos como una catarata congénita, un ojo vago o un defecto refractivo elevado.
De la primera respuesta se deduce que una posición inclinada de la cabeza puede responder a un estrabismo ¿es así?
Efectivamente que el tortícolis, entendido como posición anómala de la cabeza, puede ser un mecanismo adaptativo del niño para intentar ver mejor o conseguir conseguir mantener los ojos alineados. Por ello, todo niño que mira de lado o inclinando la cabeza se le debe descartar problemas oculares como estrabismo, parálisis de los músculos, defectos refractivos no corregidos o nistagmo.
De manera resumida ¿en qué consiste el nistagmo?
Es un movimiento de vaivén e involuntario de los ojos. El movimiento constante provoca malas visiones al impedir la fijación. En otras ocasiones, dicho movimiento es consecuencia de otro problema ocular que produce malas visiones.
¿Tiene cura?
Nuestra labor consiste en identificar la causa si la hay y potenciar la visión que, de entrada, siempre es infranormal. El nistagmo no suele tener una cura definitiva, pero con los tratamientos adecuados conseguimos mejoría de la visión en todos los casos.
¿Cuándo debo llevar por primera vez a mi hijo al oftalmólogo?
Es necesaria la inspección periódica de los ojos de los niños desde el nacimiento por parte del pediatra. Se deben explorar las pupilas, los reflejos pupilares y fulgores retinianos desde el nacimiento, la capacidad de fijar y seguir objetos a partir de los 2-3 meses y la agudeza visual subjetiva desde los 3-4 años con alguna prueba subjetiva (Pigassou, LEA, Landot, Snellen).
Pero ¿cuándo debe ser valorado por un oftalmólogo? La presencia de estrabismo, nistagmus, posiciones anómalas de la cabeza para mirar, comportamiento visual inadecuado o asimétrico con cada ojo, así como cualquier alteración detectada por el pediatra hace necesaria la visita al oftalmólogo de forma preferente.
La presencia de antecedentes familiares oftalmológicos (fundamentalmente estrabismo o ambliopía por cualquiera de sus causas) hace necesaria una consulta oftalmológica antes de los 3 años.
Aun así, consideramos aconsejable una revisión oftalmológica de rutina en los niños sin ningún síntoma oftalmológico y con exploraciones del pediatra normales antes de los 4-5 años
Para terminar, ¿han visto ustedes algún cambio en su práctica clínica habitual durante la pandemia y el confinamiento?
Muchas de las consultas durante la pandemia no pudieron realizarse de manera presencial y nos vimos obligados a realizarlas de manera telemática. Lo que vimos es que, siendo la presencialidad en oftalmología insustituible, había muchas de las consultas que podían resolverse con un cuestionario y/o una imagen. Un portentaje de las citas de consulta del oftalmólogo podrían resolverse de manera telemática evitando desplazamientos y aglomeraciones en salas de espera. Para evitar dichas aglomeraciones, nos hemos visto obligados a restructurar nuestras agendas habituales y a habilitar nuevos espacios en las salas de espera.