Johnson no seduce a los camioneros
Oferta desierta. Solo 127 conductores solicitan visados temporales para frenar la escasez de combustible
Lo primero que encuentra uno al entrar en el congreso que el Partido Conservador celebra en Manchester es un grupo de manifestantes portando la bandera de la UE. Les llaman la resistencia. Cinco años después del triunfo del Brexit, siguen siguen con los carteles donde se puede ver a Reino Unido dándose un tiro en el pie. «Fue un gran error. Y nos mintieron todo el rato. ¿Mira como está ahora el país?», dice uno de ellos. Lo cierto es que Reino Unido no está en su mejor momento. Se ha tenido que desplegar al Ejército para hacer frente a la crisis de combustible y hay también problemas de suministro en supermercados y farmacias.
El Gobierno ofreció 5.000 visados temporales hasta Navidades a los camioneros a fin de paliar el caos. Sin embargo, hasta ahora solo ha recibido 127 solicitudes: 27 para conducir camiones cisterna –necesarios para la distribución de combustible– y el resto para camiones de productos alimenticios. Unos números insuficientes para afrontar el déficit de hasta 100.000 transportistas que necesita el país.
Sería incorrecto responsabilizar al Brexit de toda la situación. La pandemia ha creado un problema por falta de mano de obra en toda Europa y Estados Unidos. Pero, desde luego que la nueva ley de inmigración impuesta el pasado enero tras abandonar la UE no está facilitando ahora las cosas.
Un portavoz de la Asociación del transporte por carretera (RHA, en inglés) indicó que el hecho de que pocos extranjeros, sobre todo comunitarios, hayan tramitado un visado demuestra que los permisos a corto plazo «no son atractivos» y adujo que deberían ser al menos «por doce meses».
En cualquier caso, Boris Johnson niega que exista cualquier tipo de crisis y asegura que «no le preocupa» la presión sobre las cadenas de suministro, la escasez de mano de obra o la inflación. El «premier» dice que Reino Unido es «un gigante que está despertando». En definitiva, dolores de parto necesarios para la reactivación de un nuevo modelo económico.
«El país se encuentra en un punto de inflexión para dejar atrás un sistema que dependía de mano de obra barata y poco cualificada foránea, en favor de una economía con sueldos y cualificaciones altos», afirmó en una entrevista con la BBC. «Si miramos la productividad de Reino Unido, hemos estado por debajo de nuestros mayores competidores durante más de dos décadas, y es porque tenemos un enfoque basado en salarios y costes bajos y las empresas no invierten en formación o servicios», argumentó.
«Lo que no podemos hacer es volver al viejo y fracasado modelo donde la principal línea de empleo es mano de obra poco cualificada con sueldos bajos, a menudo gente que trabaja muy duro, maravillosa y valiente, que vienen y trabajan en condiciones que son muy duras, y no deberíamos volver a eso», añadió Johnson.
A medida que aumentan las advertencias de problemas de suministro de cara a Navidad, no solo Johnson, sino todo el Gabinete ha decidido lanzarse al ataque, culpando a las empresas por no prepararse para el Brexit. Los ministros creen que las empresas se han «emborrachado con mano de obra barata» y deben asumir ahora la responsabilidad de la escasez de combustible y alimentos.
Pero en los pasillos del congreso, sí se respira preocupación ante lo que pueda pasar en los próximos meses. Y sobre todo temen que, con este tipo de declaraciones, asegurando que todo va bien, Johnson proyecte ahora la imagen de un primer ministro que ha perdido el contacto con el pueblo.