Borràs vive en el país de nunca jamás
Se lo he gritado al televisor muchas veces: si los indepes viven en una realidad paralela es porque realmente viven en un mundo paralelo. Son los avanzados de la física cuántica. Afinando: viven en una hipótesis. Laura Borràs, presidenta del Parlamento catalán, compara a Puigdemont con Obama y
Merkel. En su mundo paralelo (no para lelos), al que se llega por algún misterioso agujero negro o agujero de gusano (Puerta Torra) que solamente ellos pueden ver, la comparación no es exagerada: Puchi, presidente de la República Catalana, ha conseguido tantos éxitos que su figura deslumbra incluso en otros mundos paralelos, donde también se le compara con Mandela, Gandhi, Alejandro Magno. Napoleón y Julio César. En ese mundo, Pilar Rahola es Simone de Bauvoir; Gabriel Rufián, Voltaire, y las monjas Teresa Forcades y Lucia Caram ya son Santa
Teresa de Jesús y Santa Lucía, respectivamente. Hasta donde yo llego, la física cuántica no descarta que esos mundos paralelos puedan ser también el País de Nunca Jamás de Peter Pan, donde los niños no crecen y juegan sin reglas ni responsabilidades, y el País de las Maravillas de Alicia, que cuadra a la perfección con el mundo indepe. Dicen que Borràs, filóloga, es gran admiradora de la Alicia que aconseja: «La única forma de lograr lo imposible es creer que es posible». Mujer de fe sin fisuras, le gusta también la agudeza del Sombrerero Loco: «En un mundo de locos, tener sentido no tiene sentido». Y más aún cuando le explica a Alicia: «¿Sabes cuál es el problema de este mundo? Todos quieren una mágica solución a sus problemas, pero todos rehúsan creer en la magia». O sea, que si Jordi
Cuixart confesó aquello de «volveremos a hacerlo (el 1-O) porque queremos salvar a la humanidad», arrimando su causa soberanista al Arca de Noé, Laura Borràs podría decir «volveremos a hacerlo porque yo creo en los Reyes Magos».
En su mundo paralelo, los Magos de Oriente llegan al portal para adorar al Niño Puchi cantándole «Els segadors». La versión de Lluis
Llach, claro.