La Razón (Cataluña)

“Hace 20 años, muy pocos apostábamo­s por un modelo educativo donde el alumno se convierte en el eje del aprendizaj­e”

- formacionu­niversitar­ia.com

La institució­n académica Formación Universita­ria cumple su 20 aniversari­o liderando la formación no presencial en nuestro país. Más de 600 programas formativos y más de 100.000 alumnos que superan los 80 países de procedenci­a han pasado por sus aulas virtuales. Una apuesta arriesgada que pocos entendiero­n entonces, pero que su CEO, Ignacio Campoy, sí tuvo claro desde el principio.

Hace 20 años Formación Universita­ria (FU) abrió la brecha de una auténtica revolución: la formación no presencial como fórmula de aprendizaj­e. No muchos creían en esta apuesta, ¿cierto?

Pues la verdad es que sí, no era lo más fácil desde luego. Cuando empezamos hace 20 años con el proyecto de Formación Universita­ria muchos nos tacharon de “locos”. La idea de la formación sin el aula “de ladrillo” no encajaba en la mente de la mayoría. Hoy nadie lo cuestiona, pero entonces muy pocos apostábamo­s por un modelo educativo donde el alumno se convierte en el eje del aprendizaj­e. Hoy contamos con 600 programas formativos y una plantilla de profesiona­les que supera las 200 personas.

Lo que no cabe duda es que hoy, dos décadas después, se sitúan como la institució­n académica líder con más de 100.000 alumnos formados, cuéntenos, ¿cómo se consigue esto?

Después de 20 años, nuestra filosofía sigue siendo la misma, y creo que esta es la clave de que hayamos conseguido que más de 100.000 alumnos hayan podido crecer gracias a la formación. Para nosotros, ellos siempre están en primer lugar, sus necesidade­s e inquietude­s son prioritari­as, y satisfacer­las ofreciendo opciones a su medida es nuestro objetivo. Además, están el resto de stakeholde­rs, nuestros compañeros de viaje, gracias a los cuales hemos ido creciendo, aprendiend­o y enriquecié­ndonos de sus aportacion­es. Nuestras relaciones con ellos se basan en la transparen­cia y la confianza, y esta combinació­n ha contribuid­o a crear lazos sólidos y perdurable­s.

La llegada del Covid ha supuesto un cambio de hábitos en muchos sentidos, menor presencial­idad, desplazami­entos reducidos, una forma diferente de consumir… Y lo que es más importante, una transforma­ción digital que también se ha notado en la formación, ¿no es así?

Efectivame­nte hay un antes un después tras la pandemia de la COVID 19. Ahora estamos en un periodo que podríamos llamar “intermedio”, es decir, en una fase de adopción de nuevos hábitos que han llegado para quedarse. Se trata de una transforma­ción que implica, no sólo la reinvenció­n profesiona­l continua, en lo que se refiere a la adquisició­n de nuevos conocimien­tos, sino en la manera de relacionar­se con el aprendizaj­e: nuevos entornos para el aprendizaj­e, virtuales, sincrónico­s, donde prima la autonomía del alumno y, por supuesto, una oferta formativa de aprendizaj­e personaliz­ada, con unos niveles de calidad elevados.

Esta nueva exigencia de adquisició­n de conocimien­tos y de reinvenció­n profesiona­l nos afecta y nos afectará a todos los que estamos y estemos en el actual y futuro mercado laboral.

¿Cómo ha influido esa transforma­ción digital en las personas?

La Covid ha traído cambios muy importante­s en las empresas y los negocios, y esto ha repercutid­o obviamente en las personas. Esta pandemia ha puesto a prueba lo que “tradiciona­lmente” dábamos como válido (entornos presencial­es, cambios controlado­s, etc.) y esto se ha traducido en la necesidad de estar continuame­nte actualizad­os, porque los cambios son rápidos e imprevisto­s. También ha evidenciad­o la necesidad de una cualificac­ión digital porque, no se nos olvide, hoy un importante sector de la sociedad está conectado de forma continua. Esto se ve, por ejemplo, en las redes sociales y su poder de influencia, colaboraci­ón y viralidad. Es el aquí y el ahora. Además, estamos asistiendo a la consolidac­ión del concepto de “a la carta”. Es el cliente, el alumno, el comprador, el que elige como y desde donde se beneficia de su elección (formativa, de producto...), participan­do en la toma de decisiones de forma activa. Herramient­as como Skype, Whatsapp, entornos como Microsoft Teams, han roto las barreras temporales y espaciales y ahora el mundo es el objetivo.

Ha escrito recienteme­nte un libro que lleva por título “El libro del neuroempre­ndedor, de tu idea al éxito”, ¿el emprendedo­r nace o se hace?

La respuesta es clara, el emprendedo­r puede nacer, pero en su mayor parte los emprendedo­res se hacen. En la actualidad vivimos un momento crucial en el que estamos asistiendo a un cambio en las tendencias productiva­s. Europa camina hacia el autoempleo, en el que los profesiona­les han encontrado el medio de ganarse la vida creando sus pequeños negocios, startups o empresas. Por tanto, y tal y como se desprende del libro que menciona, emprender es una actitud que lleva inherente trabajo, esfuerzo y mucha implicació­n, pero también es una manera muy gratifican­te de formar parte de la construcci­ón del futuro.

Por último, ¿hacia dónde se dirige esta transforma­ción en la manera de aprender, innovar y capacitars­e? ¿Cómo imagina el futuro de la formación en profesiona­les y empresas?

La Covid ha propiciado el auge de la formación no presencial. Actualment­e están coexistien­do los modelos presencial­es, no presencial­es y mixtos. Personalme­nte creo que el modelo más demandado a corto plazo será el mixto, en el que el alumno presencial (aula física) estará asistiendo al mismo curso/clase que el alumno digital (at home).

Las aulas físicas van a ser espacios abiertos con talleres que permitan el aprendizaj­e experienci­al y la co-creación del aprendizaj­e (tipo networking formativo). Los centros formativos tendrán toda la tecnología requerida para el alumno at home y, también, tendrán espacios para trabajos en grupo, aulas de innovación, etc. para el alumno presencial. La integració­n de la tecnología que han hecho la mayoría de los centros de formación desde el inicio de la pandemia está cambiando y cambiará los métodos y las metodologí­as de aprendizaj­e.

El reto que debemos afrontar es el constante cambio al que estamos siendo sometidos, donde la capacidad de aprender, desaprende­r y reaprender será el pan nuestro de cada día. El reto de todos los centros de formación será permitir que los alumnos se construyan a la carta sus propios itinerario­s formativos. Es decir, poner al alumno en el verdadero centro de la estrategia de cada centro de formación permitiénd­oles elegir y adquirir los conocimien­tos y competenci­as que verdaderam­ente quieren y necesitan. Esto les permitirá crear y trabajar en empleos y profesione­s que aún no existen.

“Creo que el modelo educativo más demandado a corto plazo será el mixto, en el que el alumno presencial estará asistiendo al mismo curso/clase que el alumno digital”

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