Polonia europea
LaLa decisión del Tribunal Constitucional polaco que sitúa a la Constitución de este país por encima del derecho de la Unión Europea va en dirección contraria al proyecto común europeo y, desde luego, no se ajusta a derecho. Existen mecanismos para combatir este tipo de posiciones y no debe cundir el pánico porque un ordenamiento nacional pretenda desmarcarse de las reglas generales que regulan la pertenencia y participación en la Unión. El problema de fondo no es jurídico porque, en realidad, se puede resolver fácilmente en estos términos y la propia lógica jurídica se impone. De tal manera que siempre debe primar el derecho de la Unión en relación con derechos nacionales y, en su caso, se podrían activar los mecanismos de solución de eventuales colisiones sobre la base general de la primacía comunitaria. Lo que late en la cuestión polaca son dificultades de carácter político y, más todavía, la pugna
Varsovia necesita a la UE para asegurar su futuro económico y político
entre los valores y principios que deben regir la convivencia en la Europa comunitaria. Las manifestaciones de parte de la población polaca con un sentido profundamente pro-europeo y, por el contrario, los postulados a favor del Gobierno de Varsovia es lo que expresa la existencia de un conflicto puramente interno que tiene trascendencia en el espacio europeo. Por lo tanto, son las posturas políticas del Gobierno polaco, liderado por el partido Ley y Justicia, lo que llevan a discrepancias con la U E, pero, realmente, lo que existe es un enfrentamientoentre los distintos sector es de la sociedad polaca. Polonia no puede prescindir de la UE para asegurar su desarrollo económico y su estabilidad política y, en definitiva, para no quedar fuera de su propia realidad histórica. Pero tampoco la Unión debe avivar la llama que condujera al abandono de Polonia del proyecto común. Estoy convencido de esto no sucederá.