...dudas y enemigos en el vestuario
El central sigue siendo un enigma y los rumores en torno a su figura han motivado el enfado del club y el hartazgo de la hinchada
Sergio Ramos fichó el 8 de julio por el PSG y cinco días después el club confirmaba su baja para al menos cuatro semanas por una lesión en el soleo de la pierna izquierda. Las recaídas lo tienen parado hasta hoy y su situación sigue siendo un enigma. En menos de un mes el ex capitán del Madrid vio cómo el PSG buscaba alternativas y filtraba supuestos malos rollos en el vestuario con el central. Desde el entorno del club se llegaba a asegurar que Ramos había llegado «crecido». «Ha habido detalles con gente del staff del equipo, miembros del club que trabajan para los jugadores, que no han gustado y a eso se han unido algunas exigencias que no han sido precisamente bien recibidas. Ramos es una estrella pero hay más estrellas como él por encima y ya no es el capitán», contaban. Ramos no sólo ha tenido que luchar contra su estado físico sino por adaptarse a un vestuario repleto de egos y dividido ante su llegada. Según «Le Parisien», nada más hacerse oficial su contrato, la noticia cayó como una bomba en la plantilla que dirige el argentino Mauricio Pochettino y provocó una marcada división en el vestuario. Algunos consideraban que su contratación era innecesaria, ya que esa zona del campo se encontraba cubierta. El rotativo explicaba que Kimpembe, internacional con Francia, podría ver reducidos sus minutos y esto generó un gran malestar del defensa con los responsables del club. Un caso similar es el de Marquinhos. En el club todavía colea la forma en que se marchó Thiago Silva, cuya relación con los jugadores del PSG sigue siendo magnífica. La plantilla no entendió tras lo sucedido con Thiago Silva, que el club fichara a Ramos con unas exigencias económicas altas. Además de Marquinhos y Kimpembe, la plantilla cuenta en esa misma zona con Kehrer, Diallo y Pembélé. Todo esta situación, unida al retraso de su debut y a los problemas de su familia para adaptarse a su nueva vida en París han acabado por afectar el ánimo del camero que optó por el mutismo más absoluto
absoluto en redes sociales. Durante su etapa en el Madrid era habitual que subiera contenidos casi a diario e incluso su actividad se volvió frenética en las semanas previas a su fichaje por el PSG. Ahora, su número de publicaciones se ha reducido drásticamente. En Instagram, sus mensajes brillaban por su ausencia desde hacía diez días, algo que ha acabado con lo que parece ser un grito de desesperación. Y mucho más alarmante es su Twitter, donde no publica nada desde el 15 de agosto cuando agradeció la bienvenida en París.
Ayer, un nuevo mazazo aguardaba al central: diez días más de aislamiento y ni un solo dato positivo sobre su recuperación. No se ha incorporado al grupo y no jugará hoy contra el Angers ni tampoco ante el Leipzig el martes. Los médicos del PSG no ceden a las presiones del defensa español que ha roto su silencio con un elocuente mensaje en Instagram. El sevillano ha realizado varios intentos, pero sin resultado positivo. Sigue entrenando en solitario y en el club no están dispuestos a arriesgar y vivir la situación que se vivió en el Real Madrid cuando forzó su presencia en el encuentro de la selección ante Kosovo y volvió a recaer. Posteriormente, el 5 de mayo jugó en Stamford Bridge el partido completo contra el Chelsea (2-0) en la vuelta de la semifinal de la Liga de Campeones. Fue su último partido con el Madrid y el último que ha disputado. Por ello, a pesar de sus peticiones, los servicios médicos del PSG se muestran inflexibles y desaconsejan forzar a Ramos. El motivo: el serio riesgo de una recaída importante. Desde «L’Équipe», aseguran que Ramos quiere jugar ya con el PSG y que su entorno lo está filtrando desde España, pero que la realidad dista mucho de sus pretensiones. Tras el infortunio que parece perseguirle desde su llegada a París, el defensa ha roto su silencio con un mensaje en su Instagram que ha sido interpretado por los aficionados como la señal definitiva de que no traviesa su mejor momento. Ha publicado una imagen con la palabra «valentía» escrita en su frente y un mensaje que ha alarmado a sus aficionados sobre cuál puede ser su situación real. «Son muchas las ocasiones en las que he sentido que era valiente. Pero sin duda son más aquellas en las que he hecho caso a lo que había #EnMiMente y he hablado con mi gente de lo que me preocupaba. Porque nuestras emociones y pensamientos no tienen que ser un tabú. Porque ponerlos en palabras hace que sea mucho más fácil gestionarlos. Cuenta lo que pasa por tu mente. Habla de tus emociones. Hablar es de valientes», ha escrito el camero.