La Razón (Cataluña)

Draghi supera la prueba del pase sanitario

► Pese a las amenazas de un paro generaliza­do, Italia introduce el pasaporte covid en las oficinas sin grandes incidentes

- Soraya Melguizo. ROMA

TodosTodos los ciudadanos en Italia están obligados a mostrar el pasaporte sanitario para poder acceder a sus puestos de trabajo desde ayer. El documento certifica que el empleado ha recibido la vacuna contra la covid-19, ha superado la enfermedad recienteme­nte o se ha sometido a un test molecular con resultado negativo en las 48 horas precedente­s. La medida afecta tanto a los funcionari­os como a los trabajador­es en el sector privado y a los autónomos, y convierte al país transalpin­o en el primero en Europa en aplicar una normativa similar para controlar la pandemia. Unos 23 millones de trabajador­es en Italia se verán afectados por la introducci­ón del pasaporte sanitario, que en el país han bautizado como «green pass». El «pase verde» fue aprobado el pasado mes de septiembre y contempla que al cabo de cinco días de ausencia injustific­ada por no disponer del certificad­o, el trabajador del sector público podrá ser suspendido de empleo y sueldo, además de ser sancionado con hasta 1.000 euros. En el caso del sector privado, la suspensión se puede aplicar desde el primer día. El problema es que actualment­e hay unos cuatro millones de trabajador­es que no están inmunizado­s. El debate en las últimas semanas giró en torno a la propuesta de los sindicatos de rebajar el precio de estas pruebas para las que, según algunas estimacion­es, un trabajador debería desembolsa­r unos 150 euros al mes, y que el coste fuera anticipado por las empresas. Las presiones al primer ministro, Mario Draghi, llegaron incluso desde dentro de la heterogéne­a mayoría parlamenta­ria que sostiene su Ejecutivo, principalm­ente de la Liga, que propuso PCR gratis para quienes no quieran vacunarse. Sin embargo, Draghi no ha dado un paso atrás ni siquiera ante las advertenci­as de algunas categorías de trabajador­es, que amenazaron con parar el país este viernes. Las autoridade­s italianas estaban en alerta para evitar que se repitieran episodios como los del pasado sábado en Roma, cuando un crepúsculo de manifestan­tes antivacuna­s asaltaron la sede del sindicato CGIL, en un ataque orquestado por el partido neofascist­a Forza Nuova. Se esperaba un viernes negro, en cambio, las principale­s ciudades italianas fueron escenario de manifestac­iones pacíficas como la que congregó en Roma a cientos de personas para denunciar la «inconstitu­cionalidad» del «pase verde». En Milán, se temía un colapso del transporte público, pero la ausencia de casi 300 conductore­s de metro, tranvía y autobuses urbanos no vacunados no registró más complicaci­ones que las de cualquier otra jornada. La mayor atención estaba puesta en los estratégic­os puertos de Génova y Trieste, donde los sindicatos habían amenazado con el bloqueo. En este último se registraro­n barricadas a la entrada a primera hora de la mañana, mientras que en Génova hubo piquetes de los estibadore­s para tratar de evitar el ingreso de los camiones de mercancías. El transporte por carretera ha sido uno de los que se ha visto más afectado, ya que cerca del 30% de los transporti­stas y personal de los almacenes no está vacunado. Además, parte de los camioneros que circulan por Italia provienen de países de Europa del Este y están inmunizado­s con vacunas no reconocida­s por la UE. Desde el verano, el «pase verde» es obligatori­o en el país transalpin­o para acceder al interior de bares y restaurant­es, gimnasios, museos y, en general, para cualquier actividad de ocio. Pero con la introducci­ón del documento para poder trabajar, Italia se convierte en el primer país occidental en ponerlo en práctica, después del Vaticano, donde esta misma normativa entró en vigor a principios de octubre. Si el objetivo convencer a los indecisos, la estrategia ha sido un éxito. El anuncio de la entrada en vigor de esta normativa en septiembre aumentó hasta en un 46% las citas para vacunarse y multiplicó también las reservas en las farmacias y clínicas para someterse a un test diagnóstic­o que evite tener que inyectarse el suero. Según los últimos datos, la cifra de personas mayores de 12 años vacunadas con la pauta completa en Italia alcanza ya el 80% de la población.

Hay cuatro millones

de trabajador­es sin

vacuna. Las protestas

se concentrar­on

en Génova y Trieste

 ?? EFE ?? Una protesta contra el certificad­o sanitario obligatori­o en el lugar de trabajo, ayer en Roma
EFE Una protesta contra el certificad­o sanitario obligatori­o en el lugar de trabajo, ayer en Roma

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain