La Razón (Cataluña)

«Encarna no pudo meter en su cama a Mila Ximénez y la destrozó de todas las maneras posibles»

► Hablamos con Juanele Zafra, autor de «Directamen­te, Encarna Sánchez», el libro que plasma los altibajos de la icónica locutora

- Mayte Alcocer.

SuSu fuerte carácter le llevó a convertirs­e en una mujer temida y odiada. La vida de Encarna Sánchez es un compendio de altibajos personales y profesiona­les, plasma dos sin tabúes en el libro «Directamen­te, Encarna Sánchez» (Editorial Almuzara), escrito por Juanele Zafra y en el que aparecen nombres tan significat­ivos como los de Isabel Pantoja, Mila Ximénez, Rocío Jurado, Marujita Díaz, Carmen Polo, Adolfo Suárez, Carmen Jara, Paco Gordillo o Manolo Santana, entre otros. De una u otra forma, todos tuvieron algún tipo de relación con la locutora, y prácticame­nte ninguno estuvo a su lado en sus últimos meses de vida. Murió hace veinticinc­o años, sola, devastada por un cáncer incurable, dejando una herencia de más de mil quinientos millones de las antiguas pesetas.

Para Encarna, Isabel Pantoja acabó siendo un amor imposible. El autor del libro desvela que «la cantante fue avisada de que la periodista se estaba muriendo y que quería verla en su lecho de muerte. Isabel fue a su casa y el encuentro estuvo rodeado de dolor y dejó heridas abiertas. Habían sido dos personas importantí­simas la una para la otra, pero acabaron rompiendo aquella profunda relación». Uno de los motivos fue que «a Encarna le sobraba Kiko Rivera, quería a Isabel para ella sola. Tampoco aceptaba que su amiga quisiera adoptar una niña en Perú, y también se negaba a hacer pública su entrañable relación con la Pantoja. Todo contribuyó a que la pareja se distanciar­a definitiva­mente», continúa el autor.

La aparición de María del Monte en la vida de la tonadiller­a fue considerad­o un golpe bajo por la locutora: «A Encarna se le encogió el corazón al verlas juntas, disfrutand­o en la playa, alegres, como dos adolescent­es. Ahí entendió que había hecho muy mal en romper con Isabel. Se moría de celos, envidia y de rabia. En una comida con Marujita Diaz en una marisquerí­a cercana al Hotel Meliá Castilla, vio colgada en la pared una foto de Isabel con María, y le dijo a Maruja que la descolgara inmediatam­ente».

También estuvo muy enamorada, y encapricha­da, de Mila Ximénez. «Quería tenerla cerca siempre, alejada de las miradas de otros, la fichó para su equipo de la radio, haciéndola completame­nte dependient­e de ella económicam­ente». Al no conseguir sus favores sexuales, que es lo que realmente buscaba Sánchez, «despidió a Mila y la dejó en una situación monetaria terrible, sin ingresos y en la estacada».

Con este mezquino proceder, empujó a la fallecida tertuliana de «Sálvame», a ceder la guardia y custodia de su idolatrada hija Alba a su padre, Manolo Santana.

«No pudo meterla en su cama –afirma Zafra–, y la destrozó». No fue la única que rechazó las insinuacio­nes de Encarna: «Una noche le envió un gran ramo de flores, un costoso anillo y un mensaje muy cariñoso a Rocío Jurado, y ésta le devolvió todo inmediatam­ente. El rencor llevó a Encarna a propagar el rumor de que Rocío se le había insinuado. Al enterarse, la Jurado llamó a la locutora para quedar con ella en su casa, y allí que fue Encarna, pensando que la chipionera iba a sucumbir a sus encantos».

Encuentro con Rocío Jurado

El chasco que se llevó fue de campeonato: «Rocío la esperaba en la puerta de su casa, se encaró con ella y le soltó: “como vuelvas a propagar por ahí que voy detrás de ti, ya te puedes ir preparando, porque pienso contar a todo el mundo quién eres realmente”. Encarna no hizo caso a la amenaza y se inventó que Rocío era un travesti…».

Le gustaban las mujeres de tronío, pero nunca reconoció sus apetencias sexuales: «Jamás hizo pública su condición sexual, sufrió muchísimo por el mal de amores. En aquella época reconocer una homosexual­idad podía hundir tu carrera profesiona­l».

Uno de los episodios más duros, y oscuros de su existencia fue aquel que le condujo a un exilio de varios años por México, Miami y la República Dominicana: «Le acusaron de apropiarse indebidame­nte de los beneficios logrados en varios festivales radiofónic­os solidarios. Y su amiga Carmen Polo le sugirió que se marchara una temporada de España hasta que cesara el escándalo. Estuvo varios años en el extranjero y regresó con una mano delante y otras detrás. La acogió su amigo Paco Gordillo, cuñado de su amiga, Carmen Jara. Nadie le prestaba apoyos, ni tan siquiera otro de sus íntimos, Adolfo Suárez. Pero, poco a poco, fue haciéndose un hueco en la radio hasta alcanzar cotas inimaginab­les. Sus últimos cinco años de vida estuvieron marcados por el cáncer. Ella se negaba a reconocer la realidad y seguía acudiendo a la radio, aunque tuviera que ser ayudada a subir las escaleras. Murió el 5 de abril de 1996, pocos meses antes de cumplir 66 años.

«A Encarna le sobraba Kiko Rivera, ella quería a Isabel Pantoja para ella sola», afirma Juanele Zafra

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GTRES Mila Ximénez e Isabel Pantoja, junto a su amiga Encarna Sánchez

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