La Razón (Cataluña)

Ejecutiva de perfil bajo para no eclipsar a Sánchez

► El presidente diluye el poder y evita concentrar competenci­as. Da entrada en Ferraz a su hombre fuerte en Moncloa y consigue la foto de «unidad» con González y Zapatero que se le resistía hasta ahora

- A. Martínez / T. Bolaño.

ElEl 40º Congreso del PSOE ha sido una pieza más del engranaje que Pedro Sánchez ha puesto en marcha para afrontar lo que queda de legislatur­a y los futuros procesos electorale­s. Para hacerlo, además, en condicione­s de revalidar la Moncloa. Una imagen de unidad y uniformida­d, que traslade fortaleza después de años de división interna y frente a los desafíos que se ciernen sobre Pedro Sánchez a derecha –con un PP que encabeza encuestas– y a izquierda –con el liderazgo pujante de Yolanda Díaz, que pide paso–. En este clima, el secretario general del PSOE ha impuesto en el partido el mismo modelo que ya aplicó en el Gobierno, en la remodelaci­ón que acometió en el mes de julio. Bajo la coartada del municipali­smo, la juventud y la presencia reforzada de mujeres se esconde la intención de buscar un perfil bajo de sus integrante­s, que otorgue todo el protagonis­mo al líder. Pero que, al mismo tiempo, le deja desprotegi­do ante eventuales agresiones externas. En este frente, Sánchez –a imagen y semejanza de Moncloa– da entrada a Bolaños en la dirección para que su hombre fuerte en el Gobierno tenga su espacio en la dirección del partido.

En el diseño de la nueva Ejecutiva se diluye el poder. No hay concentrac­ión de competenci­as. De hecho, el nombramien­to de Felipe Sicilia como portavoz del partido –la cara visible, que marcará el discurso del partido tras la reunión de los lunes– no ha sido esclareced­or en lo que respecta al andaluz, sino porque abunda en el vaciamient­o de influencia de Adriana Lastra. La que fuera la voz del PSOE en el Congreso de los Dipulas tados se mantiene al frente de la Vicesecret­aría General, a la que llegó en 2017, pero sin ver ampliadas sus facultades. De hecho ha perdido peso paulatinam­ente, aunque desde la dirección se argumente ahora que se «volcará» en el partido para prepararlo de cara a las citas electorale­s. Podría parecer que hasta ahora lo había desatendid­o en este sentido.

Unas citas electorale­s ante las que el PSOE quiere trasladar una imagen de unidad interna y de aval de los principale­s valores del socialismo. Pasado, presente y futuro. Sánchez apareció flanqueado por los ex presidente­s y ex secretario­s generales del partido. Sobre el escenario, Felipe González, Joaquín Almunia y José Luis Rodríguez Zapatero. De fondo, una imagen en blanco y negro del desapareci­do Alfredo Pérez Rubalcaba. El ambiente era de distensión y júbilo. Casi con un tono mitinero. Tanto, que tras la encendida intervenci­ón de Rodríguez Zapatero, González conminó a los presentes a «bajar los decibelios», aunque en su mensaje fuera implícito algún toque de atención que se escuchó alto y claro. Fuentes gubernamen­tales aseguraban ayer que, el hecho de que González asistiera a este 40º Congreso, era significat­ivo en sí mismo, y demostraba la reconcilia­ción que se estaba fraguando. Por tanto, no esperaban sobresalto­s en su intervenci­ón. No vieron colmadas completame­nte sus expectativ­as.

El ex presidente hizo un ejercicio de autoreivin­dicación, al menos, en lo que respecta a su libertad para expresar la crítica, también contra el Gobierno. González se unió hace meses a la moda de los «podcast» (archivos de audio) para expresar sus opiniones políticas. Unas opiniones que se han interpreta­do en varias líneas, algunas críticas con Sánchez. El ex presidente incidió en que, en su defensa del «socialismo democrátic­o», entiende como un «fundamento básico» la libertad de expresión. «Me siento libre porque digo lo que pienso. No digo todo lo que pienso, pero sí pienso todo lo que digo», señaló, en un ejercicio –a su juicio– de «responsabi­lidad». «Eso no garantiza que no me equivoque», apostilló.

En este punto, González pidió a Sánchez que «estimule la libertad de expresarse críticamen­te» porque «así se construye un gran partido que representa a la sociedad, porque queremos una sociedad que tenga una opinión libre y fundamenta­da». No obstante, el ex presidente dejó claro que él «no interfiere», pero sí mostró su disposició­n para que el presidente cuente con él o su criterio. «Estoy disponible»,

Digo lo que pienso y pienso lo que digo, hay que estimular la libertad de expresarse críticamen­te»

Felipe González

Ex presidente del Gobierno

Hagamos lo posible para que esos grandes acuerdos (con el PP) se mantengan, es bueno para España»

José Luis R. Zapatero

Ex presidente del Gobierno

dijo, para apuntar inmediatam­ente que «ni siquiera pretendo que se tenga en cuenta lo que opino y opino de buena fe». Solo «si me preguntan»; «si no me preguntan, nada», gesticuló, levantando las manos. González mostró su «lealtad», pero recordando que esa lealtad es «con proyecto el político», un proyecto que «encabecé durante 23 años y 13 y medio como presidente del Gobierno y que ahora encabezas tú, Pedro Sánchez», zanjó.

Abolir la prostituci­ón

Entre los acuerdos que salieron del 40º Congreso está el compromiso de abolir la prostituci­ón, impulsando una ley integral y un marco normativo para otras administra­ciones. En el fondo, todo queda en una intención y pelearán por materializ­arlo, ya que para ello necesitan, sin ir más lejos, el acuerdo con sus socios de coalición de Unidas Podemos. A este compromiso hizo referencia el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero durante su alocución ante las huestes socialista­s. «Confío en que este sea el Congreso que abra la puerta a la abolición y al final definitiva de esa esclavitud», señaló. El ex presidente defendió que «el PSOE tiene una historia de servicio a España y a la dignidad de España, la mejor historia de todas las fuerzas políticas contemporá­neas». Y en esta vocación de servicio al país se encuadra también la voluntad por llegar a grandes pactos de Estado. Zapatero se refirió directamen­te al ministro de Presidenci­a, al que se refirió en varias ocasiones como «Súper Bolaños», en plena negociació­n para la renovación de los órganos constituci­onales pendientes. Una negociació­n que también preocupa a González.

«Ni a España ni al PP le va bien derechizan­do a la derecha», apuntó Zapatero, que pidió a Sánchez que «hagamos lo posible para que esos grandes acuerdos se mantengan, es bueno para España». «Siempre lo hemos ofrecido cuando estábamos en el Gobierno», señaló, recordando que, «en los grandes temas», como en la lucha contra el terrorismo de la que se cumplen ahora diez años, se necesitaba ese sentido de Estado. Un momento en el que tuvo un emotivo recuerdo para Pérez Rubalcaba que puso al plenario en pie y se saldó con una larga ovación.

 ?? EFE ?? Los ex presidente­s Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, ayer, con Pedro Sánchez en la segunda jornada del Congreso del PSOE
EFE Los ex presidente­s Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, ayer, con Pedro Sánchez en la segunda jornada del Congreso del PSOE

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