La Razón (Cataluña)

Polonia, el «enfant terrible» que angustia a la Unión Europea

► Von der Leyen y el primer ministro Morawiecki debatirán mañana en la Eurocámara la polémica sentencia polaca

- Taylin Aroche. CRACOVIA

La preocupaci­ón de una parte de la sociedad polaca por la deriva autoritari­a de su Gobierno es clara. «Incluso con las cerca de 100.000 personas que acudieron a la Plaza del Castillo de Varsovia el pasado domingo no es suficiente», comenta Patrycja Nowak, activista y recienteme­nte militante de Polonia 2050, el partido liderado por Szymon Hołownia. «Lo que está haciendo el Gobierno es muy grave, pero el primer paso para el cambio es que te importe lo que está sucediendo en el país», asegura. La saga de Polonia contra la Unión Europea lleva tanto tiempo que, a pesar de los giros y vueltas constantes, parece que nada cambia. La disputa con Bruselas empezó con la llegada al poder de Ley y Justicia (PiS) en 2015, «la gente está perdiendo interés. Es un conflicto que incluye muchos términos jurídicos, difíciles de seguir para cualquier polaco medio», explica Nowak. La histórica sentencia del Tribunal Constituci­onal (TC) polaco que afirma la primacía del derecho nacional sobre el europeo entró en vigor el martes 12, después de su publicació­n en el Boletín Oficial. El fallo, hecho público el jueves 7 a petición del Gobierno ultraconse­rvador polaco, es una de las crisis más graves en la historia de la integració­n europea. En sesión plenaria, el tribunal dictaminó que ciertas disposicio­nes del Tratado de la UE son incompatib­les con la Constituci­ón polaca. El TC declaró que Polonia no puede funcionar como un estado soberano y democrátic­o si la Constituci­ón no es la ley suprema del país. La sentencia ha sido criticada por Bruselas, así como por la mayoría de líderes europeos. La única excepción es el primer ministro húngaro, Viktor Orban, que apoyó la decisión del tribunal polaco y pidió a la UE que «respete los límites de la soberanía de los estados miembros». Con un 80% de apoyo popular a la UE, el Gobierno no aspira a un «Polexit»; el líder del PiS, Jaroslaw Kaczynski, quiere que Polonia siga en la UE, pero cambiar las reglas y no reconocer algunas de las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que ponen en entredicho las reformas judiciales de su Gobierno. Por su parte, la UE sigue estudiando la manera de responder al órdago polaco. Las próximas semanas estarán llenas de incertidum­bre; desde un bloqueo definitivo de los fondos europeos hasta un paso atrás de Varsovia, todas las opciones permanecen sobre la mesa. Mañana mismo, el Parlamento Europeo será el escenario del primer cara a cara en directo entre la presidenta de la Comisión Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki. Ambos acudirán al pleno en Estrasburg­o para un debate que revisará la crisis abierta. En casa, el discurso sigue siendo el mismo, las idas y vueltas a Bruselas de Morawiecki, se editan y emiten a través de los medios públicos con una consigna: la oposición y las institucio­nes europeas están arremetien­do contra la Constituci­ón polaca. El Gobierno está transforma­ndo el enfrentami­ento con Europa en una cuestión de orden público y orgullo nacional. «La Polonia en la que viven mis padres es distinta a la que vivo yo a dos horas de distancia en coche. No viven en un pueblo alejado e incomunica­do, tienen acceso a medios críticos y distintos a los públicos, pero prefieren quedarse con la Polonia de TVP», comenta Nowak, en referencia a Telewizja Polska, la televisión pública. Cuando Kaczynski, pidió el voto en las elecciones de 2015 acudió al electorado en busca de una mayoría parlamenta­ria que, según defendió, era necesaria para reformar la economía y un sistema judicial corrupto. La movilizaci­ón ciudadana, en 2015 y después en 2019, hizo que el líder del PiS tuviera una posición privilegia­da para liderar el Gobierno. El partido de ultraderec­ha dio respuesta a la grave crisis económica y a un descontent­o y falta de confianza generaliza­do por parte de los ciudadanos en el sistema judicial. Por lo que hay quienes piden que no se vuelva a un sistema pre PiS y que hay estructura­s que necesitan ser reorganiza­das, pero en sintonía con Europa. Según los analistas consultado­s, existe la posibilida­d que el PiS adelante las elecciones programada­s para 2023 y convoque a las urnas en la primavera del 2022. Sin la financiaci­ón de la UE, el PiS podría sobrevivir con el mismo nivel de subsidios y política fiscal hasta los primeros meses del año siguiente. Kaczynski, en primera línea pública o tras bambalinas, sigue siendo capaz de retener el apoyo de la derecha mientras hace significat­ivos avances con la clase media. Según el Centro de Investigac­ión de la Opinión Pública, de celebrarse elecciones hoy, el PiS ganaría con el 40% de los votos y podría volver a formar un gobierno.

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AP Miles de personas pidieron ayer en Varsovia la acogida de los migrantes de la frontera con Bielorrusi­a

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