Vergüenza y clandestinidad

VergonzosoVergonzoso es que el «demócrata» Luis Planas se haya atrevido a convocar la reunión de la Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural para cerrar el Plan Estratégico de la nueva PAC por videoconferencia. Y vergonzoso es también que los consejeros de Agricultura de las comunidades comunidades hayan «tragado» y ninguno de ellos haya protestado, al menos de forma pública, por este atropello del ministro de Agricultura y su banda. No estamos hablando de un asunto cualquiera, sino de la medida de política agraria más importante para un periodo de cinco años, entre 2003 y 2007, ambos incluidos. Y, repito, Planas pretende hacerlo por videoconferencia, a pesar de que las circunstancias de la pandemia han mejorado en relación con las existentes a mediados de julio, cuando la otra reunión de la Conferencia Sectorial tuvo carácter presencial. ¿Por qué entonces sí y ahora no? La explicación, y la responsabilidad, corresponden a Planas, pero los consejeros también deberán explicar por qué «tragan». Será que la fórmula interesa a todos. Y vergonzoso es que a estas alturas no sepamos todavía lo que sucedió hace tres meses, el 14 de julio, cuando tuvo lugar la otra reunión de la Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural dedicada a este asunto del Plan Estratégico Nacional. Cuando han pasado más de tres meses desde aquel encuentro, el «déspota» («abuso de superioridad, poder o fuerLa za en el trato con las demás personas», según la RAE) Planas no ha presentado todavía el acta de la reunión. Se trata de un documento clave para saber lo que sucedió en los momentos finales, a la vista de que la versión que dio el ministro y la que proporcionaron la mayor parte de los consejeros no coincide. Si vergonzosa es la actitud de Planas, también lo es la de los consejeros de Agricultura que no han exigido, salvo Antonio Luengo de Murcia, ese documento. Especialmente grave es la dejadez de los pertenecientes al PP, sobre todo la de Andalucía, Carmen Crespo, y el de Castilla y León, Jesús Julio Carnero, entregados, o más bien sometidos, en este punto a lo que dice y hace Planas.