La Razón (Cataluña)

Blanquear el sanchismo

Opinión

- Daniel Portero

LaLa izquierda nos quiere obligar a pensar que las falsas e hipócritas palabras del dirigente de ETA Arnaldo Otegi sobre el dolor provocado alas víctimas de E TA son ciertas y sinceras. Algo que sabemos todos que es falso y cínico. ¿Cómo se puede lamentar el sufrimient­o de las víctimas si ningún asesino de ETA ha colaborado con las fuerzas policiales y judicial es para esclarecer los 376 asesinatos de ETA aun sin resolver? Hoy por hoy, la única realidad es que ETA, y su sucesor Bildu, debían hacer un gesto hacia el Gobierno sanchista después de que, desde el Ministerio de Grande Mar las ka, lleven meses acercando a todos los asesinos etarras al País Vasco. Le tocaba mover ficha a ETA, es decir, a Otegi. Lleva siendo un «toma y daca» desde hace meses. Sánchez lamentó hace semanas en el Senado el fallecimie­nto de un etarra que se había suicidado. Ahora le tocaba a Bildu-ETA mover ficha a través de Otegi. Todo ello, dentro de una estrategia de que el Sanchismo –que no socialismo– pudiera aprobar los presupuest­os generales del Estado de 2022 con el apoyo de Bildu en los próximos meses. «Haréis cosas que nos helarán la sangre», llegó a recriminar la madre del socialista Joseba Paga asesinado en 2003 en Andoain por ETA, al PSOE de Zapatero entonces. No se equivocó. Nos helaron la sangre hace tiempo y helaron la moral y dignidad de los buenos socialista­s que no deberían de seguir, hoy por hoy, los postulados de un «endiosado» Sánchez, que por poder y vanidad, es capaz de cualquier cosa para seguir siendo presidente. Flaco favor al colectivo de víctimas también hace algún representa­nte de asociación de víctimas del País Vasco, que cree resumir el sentir de sus asociados y de todas las víctimas al decir: «Hay un salto cualitativ­o en la declaració­n de Bildu», en referencia a las declaracio­nes de Otegi. La izquierda más ultra abandera estas declaracio­nes para justificar y enaltecer la palabras del dirigente de ETA como un paso importante para que víctimas y verdugos tengamos que convivir en paz. ¿Pero desde cuándo es obligatori­o y necesario una convivenci­a entre asesinos y asesinados? Nunca. ¿Cuándo un violador ha tenido que reunirse con la familia de la persona violada, como si no hubiera pasado nada? De locos! Síndrome de Estocolmo. A pesar de una parte del cine español… no caeremos en la trampa del sanchismo ni de su blanqueami­ento.

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