Los partidos del Govern chocan por la mesa y los Presupuestos
Un leve movimiento lateral de cabeza –un no a contestar– y cara de póker que se intuía pese a la mascarilla. Así respondió el president de la Generalitat, Pere Aragonès, a la réplica de Albert Batet, portavoz de Junts, en el transcurso de la sesión de control de este miércoles en el Parlament.
Socios de Govern, ambos partidos independentistas volvieron a chocar abiertamente por la esción– trategia a seguir en un intercambio de golpes dialéctico que ha terminado con el republicano dejando con la palabra en la boca al posconvergente: le ignoró y declinó contestar a su última réplica, un turno que el dirigente de Junts había utilizado para reclamar al president que levante el «veto» a su delegación –con los indultados Jordi Sànchez y Jordi Turull– en la mesa de diálogo entre la Generalitat y el Gobierno.
Una escena recurrente en los plenos –principalmente entre el Govern y los partidos de la oposique oposique sorprendió al tratarse de un enfrentamiento, un rifirrafe entre los socios del Ejecutivo y por dos temas claves para el devenir de la legislatura como son el apoyo o no del independentismo a los Presupuestos Generales del Estado y el foro de negociación con la Moncloa.
Y es que Junts insiste en un presionar a ERC con «frente común» en el Congreso para negociar las cuentas y apretar al Gobierno del PSOE y Unidas Podemos: «Todos sabemos que Pedro Sánchez no podría aprobar los Presupuestos sin el independentismo», avisó Batet.
Sin embargo, las reclamaciones de los posconvergentes a formar un frente con ERC y la CUP para negociar unidos choca con los recelos de los republicanos, cuyos 13 diputados en el Congreso, por sí solos, son decisivos para aprobar las cuentas. Por este motivo y conscientes de que tienen una de las llaves de la legislatura, en Esquerra rechazan dejarse condicionar por sus socios de Govern, que cuentan con cuatro escaños en Madrid.