Milos Zeman, un presidente enfermo en el Castillo de Praga
El proceso para inhabilitarlo puede prolongarse hasta el 5 de noviembre
Con un primer ministro en funciones, un presidente hospitalizado y un Parlamento disuelto, la parálisis política se ha adueñado de la República Checa. Casi dos semanas después de celebrarse las elecciones legislativas, el jefe de Estado, Milos Zeman permanece en la UCI del hospital militar de Praga incapacitado para desempeñar su principal función, encargar a un partido formar Gobierno. Por eso, en un intento de desbloquear el «impasse» político la Comisión Constitucional del Senado inició el miércoles el proceso de inhabilitación de Zeman. «El estado de salud del presidente de la República no le permite estar en control de su cargo y el pronóstico es que no será capaz de volver a sus funciones en varias semanas», dijo el senador senador Zdenek Hraba. Un día antes, los médicos que le atienden habían informado a la Cámara Alta que Zeman, de 77 años y con una diabetes grave que le obliga a usar una silla de ruedas, es «incapaz de desarrollar ninguna actividad de trabajo». En opinión de su equipo médico, un retorno a «las obligaciones profesionales en las próximas semanas es algo muy improbable».
Ayer, los colaboradores del presidente checo mostraron el jueves un vídeo en el que se le ve firmando un decreto para convocar un nuevo Parlamento Parlamento mientras estaba hospitalizado hace una semana, tratando de defender su gestión de la hospitalización frente a las acusaciones de secretismo.
Con todo, el procedimiento en Senado podría prolongarse hasta el 5 de noviembre, tres días antes de que se constituya el nuevo Parlamento. Tras el voto a favor del Legislativo, los presidentes de ambas Cámaras y el primer ministro, según prevé la Constitución checa, asumirán provisionalmente las funciones del jefe de Estado. Al presidente de la Cámara Baja le corresponderá nominar al candidato a formar Gobierno. Tras un ajustado escrutinio, Peter Fiala, al frente de la coalición liberal conservadora SPOLU, se impuso con el 27,78% al todavía primer ministro, el populista Andrej Babis, que sumó el 27,14%. Babis, el segundo hombre más rico del país y salpicado por los Papeles de Pandora, se reunió con Zeman el 10 de octubre, horas antes de que el presidente fuera ingresado por «complicaciones relacionadas con un diagnóstico conocido». La amistad entre ambos políticos despierta las alarmas en la oposición, que teme que Babis maniobre para mantenerse al frente de un Gobierno en minoría. Confirman sus temores la investigación criminal abierta por la Policía contra el jefe de la oficina presidencial, Vratislav Mynar, por intentar ocultar el estado de salud del todavía presidente Zeman.
El mandatario, en la UCI, tiene la llave para la formación del nuevo gobierno