Sánchez tropieza: el sistema eléctrico de la UE no se toca
► Alemania y Países Bajos defienden «más mercado» en vez de su intervención
El club europeo está dividido. La mayoría de capitales europeas no comparte la premura de España a la hora de reaccionar con medidas de calado para contener el alza vertiginosa de la luz que está poniendo en aprietos a familias y empresas. En Bruselas son conscientes de la magnitud del problema, pero creen que el incremento es meramente coyuntural, que en la primavera será tan solo un mal sueño y que no hay que poner en marcha grandes revoluciones que causen distorsiones en el medio plazo y más dolores de cabeza que logros Aunque España cuenta con aliados como Francia, Italia y Grecia, otros países como Alemania y Países Bajos piden prudencia. «Nos gustaría ir más rápido, pero en Bruselas los pasos se dan a un ritmo menos intenso del que desearíamos», aseguró ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, antes de su entrada en la cumbre mientras defendía la necesidad de introducir de nuevo el debate en diciembre. Se espera que la Comisión Europea presente a mediados de noviembre un documento con su análisis. Pero en la capital comunitaria el análisis a veces conlleva a la parálisis y de ahí los denodados esfuerzos de Sánchez para que el debate siga vivo cumbre tras cumbre. Al cierre de esta edición, los líderes europeos seguían enzarzados en el debate y la delegación española batallaba por algo más de concreción en el aséptico texto de conclusiones. De momento, Bruselas apenas ha propuesto una serie de medidas a corto plazo para paliar la situación de las familias más vulnerables, un documento ante el que La Moncloa no ha podido ocultar su malestar ya que gran parte de los países europeos que están sufriendo estos incrementos de precios ya han puesto en marcha este tipo de respuestas. En la que puede ser su última cumbre tras más de 16 años en el poder, la canciller alemana, Angela Merkel, marcó una vez más el paso. «Creo que tenemos que reaccionar con prudencia, no debemos inhabilitar completamente el mercado, sino aportar más mercado, pero en cualquier caso necesitamos mecanismos de apoyo social», sentenció. Una negativa clara a avanzar en la propuesta defendida por parte de España y Francia a realizar cambios en el modelo de fijación de precios marginal de la luz. Un sistema por el que ,en las subastas mayoristas, la fuente de energía con un peso residual pero necesaria para completar el suministro encarece el resto. El alza del gas estos meses ha hecho que los consumidores europeos estén pagando a precio de oro otras fuentes más asequibles como las renovables. A pesar de ello, Bruselas defiende que este sistema es el mejor posible y, que en este contexto, los beneficios que están recibiendo las renovables por este sobreprecio redunda en la inversión de estas tecnologías, lo que permite luchar contra el cambio climático y reducir la dependencia del gas.