«El presidente Biden también es tartamudo y mira dónde ha llegado»
Adolfo Sánchez García, presidente de la Fundación de Española de la Tartamudez Hasta 2005, este trastorno era causa de exclusión para acceder al empleo público «Si el pediatra lo detecta a los tres o cuatro años, a los 15 ese niño ya no tartamudeará»
Adolfo Sánchez padece este trastorno desde que era niño, pero no le ha impedido nada en la vida. Todo lo que ha querido lo ha logrado. Lo único que pide a la gente cuando le conoce es un poco de paciencia para que le dejen expresarse. Y merece la pena hacerlo. Él es el presidente de la Fundación Española de la Tartamudez, que encabeza la lucha por la defensa de los derechos de las personas que padecen este trastorno del lenguaje, que son un 1% de la población, es decir, 67 millones en el mundo. Figuras como Gandhi, Demóstenes, Marilyn Monroe o o el actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, son tartamudos. Hoy, en el Día Internacional de la toma de conciencia de la Tartamudez, preguntamos a Adolfo cómo quiere este colecivo que les escuche la sociedad.
-¿Cómoselecomplicalavida a una persona con tartamudez?
- Para que la gente se haga una idéa, hasta 2005 los tartamudos éramos unos proscritos sociales. No exagero: hasta ese año la tartamudez era causa de exclusión para ser funcionario público. Fue durante el mandato de Zapatero cuando esta regulación anacrónica se eliminó, pero vamos, que hablo de antes de ayer. Con estos precedentes es fácil imaginarse el rechazo social que sentían las personas con este trastorno. Un rechazo que, muchas veces, llevaba al suicidio social.
-¿Cuáles son sus principales reivindicaciones ?
- Las que nos preocupa son las de los padres de los niños y niñas con tartamudez. La lucha mejor y más importante es la detención temprana y a la atención temprana. Un peligro son los pediatras cuando los padres van con el niño con tres añitos repitiendo palabras o silabas y el pediatra dice «ya se le irá». La atención inmediata es fundamental para que el pequeño no tenga que cargar con esa la mochila toda su vida. Si los pediatras lo detectan rápido y lo derivan a un logopeda especializado esa criatura probablemente cumplirá 15 años sin tartamudear. Si no le prestamos la atención necesaria hasta, por ejemplo, los siete años, el niño tartamudear toda la vida.
- ¿Qué trabajo se realiza para orientar a las familias?
- Una de las partes fundamentales es proveer a los padres del conocimiento para que puedan estar atentos a las señales concretas que diferencian la tartamudez de tartamudeos o balbuceos normales en el aprendizaje del lenguaje cuando uno es pequeño. Si cuando el niño repite o se bloquea en una palabra o en una frase pestañea nerviosamente, se le hinchan las venas del cuello o le tiembla la barbilla, es tartamudo y hay que buscar ayuda. Además, tambien ofrecemos asesoramiento psicológico para las familias, porque les cuesta mucho aceptarlo.