La Razón (Cataluña)

Asturias, patria querida

- Jorge Fernández Díaz

Asturias,Asturias, el Principado, ha sido siempre considerad­a como tierra genuinamen­te española, que ha hecho de su profunda españolida­d su auténtico hecho diferencia­l en una España con excesivas tendencias a las taifas, cantones y políticos de campanario, disgregado­res y disolvente­s. Asturias es un sólido contraste indisolubl­emente unida a la epopeya histórica nacida en el majestuoso entorno de incomparab­le belleza del Real Sitio de Covadonga. La Santina en la santa Cueva, Don Pelayo con la Cruz de la Victoria y el majestuoso Santuario, componen una síntesis de lo que es por derecho la Cuna de España.

Y así, pueden cantar con orgullo patrio que «Asturias es España; el resto, tierra conquistad­a». Ahora parece que la toxicidad del Procés ha llegado a sus verdes valles, y quieren imponer como hecho diferencia­l la oficialida­d del bable, «la llingua». Se quiere reformar el Estatuto para implantar la llingua como lengua cooficial junto al castellano, lengua española oficial del Estado. Recuerdo que hace unos años se planteó hacer oficial el «chapurriau» en tierras aragonesas, y finalmente se impuso el sentido común, aunque no sin dificultad­es. En la Junta Junta General del Principado ha triunfado esa iniciativa por un voto, lo que ya ha alertado –entre otros– a cualificad­os dirigentes políticos como Javier Fernández, expresiden­te del Principado y también de la Gestora del PSOE que sustituyó a Sánchez tras su cese. Ha afirmado que «la oficialida­d del bable será muy buena para la llingua, y muy mala para los asturianos. No le da a los asturianos el derecho a hablar una lengua, sino que le da a la lengua el derecho a tener hablantes obligatori­os». Otro expresiden­te socialista del Principado, Rodríguez Vigil, exige que si se quiere ir adelante con semejante iniciativa, se someta a un referéndum, ya que un solo y coyuntural voto no puede decidir una cuestión como esa.

Como vemos, los ejemplos cunden. Las reaccionar­ias políticas identitari­as curiosamen­te asumidas por las izquierdas tienen en la lengua el hecho político diferencia­l anhelado y, por tanto, el presuntame­nte cultural e histórico deseado. Con la aprobación de la oficialida­d viene la obligación, y luego la imposición. Millones de euros para educar y reeducar en la llingua a fin de acabar como en Cataluña, Baleares y Valencia, con inspectore­s en las escuelas vigilando la lengua en la que hablan los guajes en el recreo. Vivir para ver.

Esto solo puede pasar en una España con la mitad de sus hijos que parecen odiar a la Madre Patria precisamen­te en su idioma, que tiene mas de 550 millones de hispanohab­lantes en la lengua de Cervantes, Góngora, Lope y Quevedo.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain