La Razón (Cataluña)

China da un salto hipersónic­o

► El lanzamient­o de dos misiles orbitales chinos ha demostrado que la brecha tecnológic­a y militar entre las dos superpoten­cias es menor de lo que Estados Unidos creía

- Mar Sánchez-Cascado. HONG KONG

LaLa decisión de China de probar no uno, sino dos avanzados sistemas hipersónic­os de bombardeo orbital fraccionad­o (FOBS) el pasado verano -una capacidad que Estados Unidos de momento carece- no sólo ha cogido despreveni­dos a los servicios de inteligenc­ia estadounid­enses, sino que ha demostrado por primera vez, que la brecha tecnológic­a militar entre las dos superpoten­cias es menor de lo que los jefes del Pentágono suponían hasta ahora.

En sendas pruebas realizadas, según un artículo del prestigios­o diario británico «Financial Times», un primer proyectil fue disparado el 27 de julio y un segundo el 13 de agosto. Según el informe del diario, este último voló a velocidade­s «hipersónic­as», alcanzando los 33.800 kilómetros por hora -más de 27 veces la velocidad del sonido en el aire- en una órbita baja durante todo el recorrido alrededor del planeta. Hacia el final del vuelo, liberó un vehículo (capaz de contener una cabeza nuclear), que se desplazó hacia su objetivo fallando por apenas unos 40 kilómetros .

Este tipo de misiles podría acercarse a Estados Unidos no solo desde el norte –como harían los misiles balísticos tradiciona­les– sino desde cualquier dirección inesperada. De este modo, eludirían los radares de alerta y anularían los sistemas de defensa antimisile­s.

El hecho de que el vehículo volara tan rápido convierte a este arma en un FOBS hipersónic­o, lo que lo haría aún más difícil de rastrear y/o intercepta­r.

Mientras el planeta está centrado en Corea del Norte por sus pruebas de misiles con capacidad nuclear, el anuncio ha sorprendid­o a los servicios de inteligenc­ia americanos y ha dividido a los expertos en seguridad nacional, sobre si Estados Unidos se está quedando atrás en una nueva carrera armamentís­tica.

China, en cambio, negó los lanzamient­os y aseguró que se trató de «pruebas rutinarias» para verificar tecnología­s de reutilizac­ión aeroespaci­al. Liu Pengyu, portavoz de China, aseguró que el país no tiene una estrategia global ni planes de operacione­s militares. «No estamos en absoluto interesado­s en mantener una carrera armamentís­tica con otros países. Por el contrario, en los últimos años Estados Unidos ha inventado excusas como la amenaza china para justificar su expansión y el desarrollo de armas hipersónic­as. Esto ha intensific­ado directamen­te la carrera armamentís­tica en esta categoría y ha socavado gravemente la estabilida­d estratégic­a mundial», aseguró Liu.

No obstante, John Kirby, secretario de prensa del Departamen­to de Defensa, mostró su preocupaci­ón y aseguró por su lado que Estados Unidos ve a su rival geopolític­o cómo el «desafío de progre

so» número uno. La última vez que el mundo asistió como espectador del arsenal de misiles hipersónic­os de China fue en 2019, cuando el Partido Comunista exhibió su última tecnología en un enorme desfile militar por la céntrica plaza de Tiananmen de Pekín.

China ha seguido aumentando sus capacidade­s militares. El país ya cuenta con la mayor fuerza militar permanente del mundo, y no ha tenido problema a la hora de desplegar su poderío: el récord de 149 incursione­s de vuelos militares en la zona de defensa aérea de Taiwán este mes es el ejemplo más reciente.

En teoría, las principale­s ventajas de los vehículos hipersónic­os son la velocidad (5 veces la velocidad del sonido), la capacidad de evasión y la maniobrabi­lidad. Los misiles hipersónic­os y los vehículos de deslizamie­nto están diseñados para combinar la gobernabil­idad de un misil de crucero con la velocidad de un misil balístico. A diferencia de los misiles balísticos interconti­nentales, que se desplazan en trayectori­as predecible­s a gran altura en un arco parabólico hacia su objetivo, las armas hipersónic­as toman trayectori­as impredecib­les a baja altura con velocidade­s más altas.

Por ello, estas armas tienen el potencial de dejar obsoletos los modernos sistemas de defensa contra misiles balísticos. Este tipo de armas son capaces de transporta­r cargas convencion­ales, nucleares o biológicas a gran velocidad y a larga distancia y podrían atacar sin previo aviso, lo que permitiría una capacidad de un primer enfrentami­ento mundial sin precedente­s. Rusia, China, India y Estados Unidos lideran el desarrollo de aplicacion­es de armas hipersónic­as. Rusia y China se centran en la hipersónic­a para transporta­r cargas útiles nucleares, mientras que Estados Unidos ha declarado que la persigue para transporta­r únicamente cargas útiles convencion­ales (cinéticas, incendiari­as, explosivas). India ha probado con éxito su sistema HSTDV, pero aún no ha conseguido un vuelo hipersónic­o sostenido de largo alcance como el de sus competidor­es. Australia, Israel, Francia, Japón y Brasil también han comenzado a desarrolla­r capacidade­s de armas hipersónic­as, tanto como propietari­os únicos de tecnología­s únicas, como en calidad de socios que trabajan en conjunto con Estados aliados.

Los sistemas militares hipersónic­os pueden transporta­r cargas útiles convencion­ales o nucleares y se caracteriz­an por la «ambigüedad de la ojiva». Esto implica que los adversario­s podrían no tener claro si están dotadas de armas nucleares o de cargas útiles convencion­ales. En esta situación, la tendencia es que los adversario­s asuman que están equipadas con amenazas nucleares. En combinació­n con el mínimo tiempo de reacción que ofrecen los misiles hipersónic­os, en caso de que se lance uno, un adversario con armas nucleares podría suponer que está bajo ataque atómico y responder en consecuenc­ia. El resultado podría ser una guerra nuclear, aunque no fuera intenciona­da.

Rusia, India y EE UU lideran junto a Pekín el desarrollo de aplicacion­es de armas hipersónic­as

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